El Orihuela apaga la luz y cierra la Liga

Broche final para una temporada que más vale olvidar. El Orihuela no supo vencer ayer en Los Arcos a un Rayo Ibense que no se jugaba nada. La afición castigó a su equipo y apenas acudió al campo, donde se volvió a ver un partido escaso en ocasiones y con un conjunto local sin ideas en ataque. Los cambios en la segunda parte y el poder recuperar la honra no sirvieron de motivación para que el equipo escorpión evitara perder 0-1. Así se puso fin a una temporada donde los oriolanos han ido a trompicones.

La primera acción destacada la protagonizó Chema, que puso un balón inmejorable en el borde del área pequeña pero Kike Espinosa no llegó a rematar. Esta fue la primera ocasión digna de mención en un encuentro que comenzó con más posesión de balón del equipo blanco mientras que el cuadro amarillo trataba de aprovechar los espacios que el rival que dejaba en su zaga.

El reloj corría y todo el juego comenzó a concentrarse en la medular, salvo alguna internada puntual de Chema que cumplió por su banda. La entrada de Coco como mediapunta y de Theo por detrás no se tradujo en un mayor juego de ataque por parte del Orihuela, que puso unas líneas muy juntas para tratar de presionar. El equipo local no despegaba, con una grada vacía y sabedor de que no había dado la talla durante todo el año.

Solo con un saque de falta de la escuadra amarilla cambió la monotonía a los veinte minutos. Pastor casi logra desatascar la contienda con un remate de cabeza. Con esta acción se demostró que el juego de estrategia seguía siendo uno de los puntos fuertes de los jugadores de Frank Castelló. El entrenador se tomó el partido en serio y ordenó las posiciones a sus futbolistas desde el banquillo, lo que daba a entender que había algo más que jugarse que tres puntos, la honra en casa.

Tras esta jugada Chema subió por su banda y centró al área de nuevo. Coco recogió el rechace y ajustó un disparo que tocó en el palo derecho, la pelota salió repelida en la mejor acción hasta ese momento.

El juego amarillo fue intermitente a pesar de que el Orihuela administró el balón con criterio. El Rayo Ibense cambió de estrategia y se dedicó a defender y a salir rápido con la pelota hacia la puerta de Curzi, que disfrutó unos cuantos minutos en esta Liga y que no tuvo mucho trabajo bajo los tres palos.

El choque parecía más un entrenamiento que un partido de competición, se escuchaban las indicaciones de los entrenadores y las soflamas de los propios futbolistas porque la afición optó por quedarse en casa sabedora de que no quedaban opciones tras la abultada derrota sufrida frente al Recambios Colón. En definitiva se convirtió en una liza falta de emotividad porque ninguno de los dos conjuntos tenían nada que jugarse. Coco acusó esta poca tensión competitiva con un balón que le quedó dentro del área y que lanzó por encima del larguero al final de la primera parte.

A Castelló poco le gustó lo que había visto en el primer asalto y cambió por completo la delantera en la reanudación con la salida de Mikey y Raúl, que se vieron obligados a dar un nuevo aire al equipo. A los diez minutos el técnico completó los cambios con la salida de Juanjo, que entró por Fleky, tocado tras un encontronazo sufrido en el círculo central. El Orihuela puso toda la carne en el asador para ganar un insulso hasta el momento.

Ninguno de los cambios fueron efectivo porque el cuadro blanco aprovechó la primera ocasión que tuvo para marcar tras un saque de esquina. El central Aitor aprovechó un mal despeje de la zaga local y anotó el 0-1 cuando el Orihuela más se volcaba en ataque. Corría el primer cuarto de hora de la segunda parte y las posiciones de los jugadores de Ibi todavía se retrasaban más. Los escorpiones salieron con rapidez al ataque pero las ocasiones de gol no se materializaron.