Esther Brotons
Miércoles, 11 de mayo 2016, 01:32
La red de salud mental en la Comunitat está, al igual que sus profesionales, «casi al borde del colapso», pues si a la situación de crisis económica, que ha conllevado un aumento de morbilidad, se une que en el sistema solo hay entradas y no salidas de pacientes debido al prolongamiento de los internamientos al final «colapsará». Así lo explicó ayer en la comisión de Peticiones de Les Corts el adjunto primero al Síndic de Greuges, Ángel Luna, quien expuso el informe elaborado de oficio por la institución sobre la atención residencial a personas con problemas de salud mental en la Comunitat, donde han detectado «serias deficiencias».
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La falta de planificación y de coordinación entre las administraciones, el «caos» normativo y la falta de documentos base para la actuación de esos centros son algunas de las cuestiones detectadas, de las que Luna destacó que no son un problema de falta de recursos económicos, sino «un problema de gestión, puro y duro», porque «no hace falta dinero para arreglar esto». Luna admitió que seguramente sí que hará falta dinero para atender las deficiencias en la dotación de personal de los centros y lograr una formación especializada de los trabajadores, quienes también se quejan de la falta de recursos previos y posteriores al internamiento, como la ayuda a domicilio, centros de día o viviendas tuteladas.
Esto supone, añadió, que no se facilite la salida de personas internadas, donde hay situaciones de «larguísimos internamientos», con casos de gente que lleva «desde los años 50 en algún centro», «con una escasísima movilidad», lo cual a corto o a medio plazo «lleva al colapso del sistema».
El adjunto a la Sindicatura instó a revertir una situación que «desde luego dista mucho de ser halagüeña», ya que aunque la institución equivalente al Defensor del Pueblo ha hecho recomendaciones, no dejan de ser «un aguijón que de vez en cuando pincha», pero sin facultad para «ordenar» nada a la Administración.
La «curatela»
El Síndic resaltó además la falta de recursos materiales y personales, que impiden que haya un procedimiento de atención a los enfermos que no esté basado «única y exclusivamente» en el internamiento y que por el contrario retrase los internamientos y facilite las salidas para integrarse en la sociedad. Así, explicó que la mayoría de los ingresos de enfermos mentales crónicos se producen de forma no voluntaria y además hay «demasiadas incapacitaciones totales», por lo que abogó por que se ejerza la «curatela» en lugar de «la tutela».
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La Consellera de Sanidad, Carmen Montón, respondió ayer que el informe describe la situación de «abandono institucional» en el que se encontraba esta parcela en julio de 2015 y la «falta de atención» que se ha prestado a estas personas. Montón destacó en un comunicado que la mejora de la salud mental «es una prioridad para la Conselleria, que debe enfocarse desde una perspectiva integradora que enfatice el respeto a los derechos humanos y el rechazo al estigma y la discriminación». Apuntó se está trabajando en cinco líneas estratégicas complementarias para mejorar la atención en salud mental.
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