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Esther Brotons
Miércoles, 11 de mayo 2016, 01:31
Querían hacerse oír y lo consiguieron. Diez mil personas -según la Policía Nacional- desbordaron ayer la plaza del Ayuntamiento de Alicante para mostrar su defensa de la enseñanza concertada y cargar contra la «dictadura» del conseller de Educación, Vicent Marzà, por querer «imponernos una única escuela pública, laica y en valencià».
Cargados con globos, pancartas y vuvuzelas, a las siete de la tarde -hora de comienzo de la concentración- ya tenían tomado todo el recinto. Convocados por la Federación de Apas de la provincia Escuela y Familia (Concapa) y por los sindicatos, acudieron familias, profesores y directores de centros procedentes del norte al sur de Alicante así como de Valencia y Castellón. Era la segunda de las manifestaciones contra el arreglo escolar -tras la de Alcoy la semana pasada- y no piensan dar marcha atrás. Al contrario, «vamos a ir a por todas». Tampoco descartan los tribunales.
«Me parece estupendo que quieran fomentar la pública, pero tanto que la Generalitat aboga por la libertad y la solidaridad, que nos dejen también a los padres elegir la concertada», explicaba María, madre de tres niños, y a la que acompañaban otras familias de los centros Altozano y Aitana. Temen que el recorte de aulas el próximo curso sea solo el principio de más supresiones.
Con carteles donde especificaban el colegio afectado, los asistentes apenas dejaban que se escucharan los discursos de los convocantes. Uno de ellos fue el de la presidenta de Concapa, Julia Llopis, quien se dirigió en varias ocasiones a Marzà. «Así no se hacen las cosas; si de los anteriores decíamos que eran sectarios, ¿qué le vamos a decir a usted? Que es un dictador. No conoce y no atiende la demanda social y vamos a luchar». Y también se refirió al presidente de la Generalitat, Ximo Puig, a quien recordaba que los socialistas trajeron la concertada y le instaba a que interviene ante Marzà para que «gobierne para todos porque somos una sociedad plural y no solo para los de su cuerda y partido político». De lo contrario, «tendremos que pensar muy bien los votos en las próximas elecciones».
Unas palabras que eran aplaudidas por los manifestantes, entre ellos por una comitiva del PP que también se desplazó a la plaza y que estaba encabezada por la presidenta del PPCV, Isabel Bonig, y José Císcar, el líder de los populares alicantinos. Bonig destacaba que la jornada de ayer era «un ejemplo de cómo la sociedad civil de forma pacífica quiere que se respete su derecho constitucional». Y lanzaba un mensaje por las críticas que han recibido los populares por su anterior política educativa. «Yo toda la vida he estudiado en la pública», afirmaba.
Al grito «¡La escuela concertada no es un privilegio!», y con camisetas donde se leía «todos educamos, todos necesarios», los sindicatos USOCV y FSIE defendieron los puestos laborales que se recortarán (trabajan más de 4.000 docentes en la provincia), pidieron a Educación un acuerdo de «recolocación» de profesores y advirtieron de que si no hay marcha atrás no descartan llevar «nuestra lucha a los tribunales».
Al unísono, las comunidades educativas concentradas insistieron en reclamar un trato igualitario con la pública en el próximo arreglo escolar y que se mantengan las unidades donde existe demanda. «Pedimos respeto. Estamos vivos. Explotad los globos y que los oigan en Valencia». Así se dirigió la presidenta de Concapa a las familias para poner fin a la concentración. Y lo hicieron.
Acto seguido, la concejal de Educación, María José Espuch, recibió en el Ayuntamiento a los representantes para escuchar sus reclamaciones. La edil defendió que «los conciertos tienen sentido cuando no hay suficiente oferta pública para atender la demanda de escolarización», por eso «es necesaria la planificación y que no se concierten nuevas unidades en la privada mientras haya vacantes en la pública».
Por su parte, el conseller de Educación rechazó que se esté realizando un «ataque» a la concertada y recordó que «para hacer debates, lo primero que hay que hacer es conocer y no hacer ni demagogia ni decir mentiras». Marzà se refirió así a la petición de la Mesa por la Educación en Libertad, que le ha «retado» a un debate público. El titular recordó que «nosotros cumplimos la ley y, si no hay el mínimo de niños por aula se modifica el concierto en esa aula en concreto».
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