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Luis Candela
Sábado, 14 de mayo 2016, 00:52
Uno de los apresados el miércoles pasado en el espectacular despliegue de la Guardia Civil en Aspe y Crevillent tenía cuentas pendientes con la Justicia. De hecho, el detenido se ocultaba en esta última localidad, a la que llegó después de fugarse del centro penitenciario de El Dueso, ubicado en la localidad cántabra de Santoña. Así lo confirmaron ayer a este diario fuentes próximas a la investigación del caso, que se ha saldado con un total de nueve detenciones. En concreto, cuatro de ellos están acusados de un buen número de robos con intimidación en poblaciones del Medio y Bajo Vinalopó, y los otros cinco, de esconder al prófugo.
La operación se llevó a cabo el pasado miércoles desde bien temprano. Los agentes del Instituto Armado andaban tras la pista de la banda y del huido, un joven de 25 años que no regresó al penal tras disfrutar de uno de los permisos penitenciarios. El resto de miembros del grupo criminal, otro de los delitos que se les imputa, lo forman la pareja del reo y dos amigos, como detallaron las citadas fuentes.
Los cuatro pasaron ayer a disposición de la autoridad judicial en el Palacio de Justicia de Novelda. Allí, asistidos por el letrado José Luis Pérez García, los detenidos se acogieron a su derecho a no declarar. El Ministerio Público solicitó su encarcelamiento provisional por los muchos robos que supuestamente se les atribuye, medida que finalmente acordó ayer el juzgado de instrucción en funciones de guardia.
El resto de arrestados, cinco miembros de la familia del preso fugado, quedaron en libertad. La abuela y varios tíos del huido prestaron declaración en dependencias de la Guardia Civil de Novelda, localidad desde donde se dirigen las pesquisas contra los presuntos ladrones. El juzgado que instruye el asunto será quien deba citarlos ahora para que declaren como investigados.
Historial delictivo
Pese a la corta edad del principal sospechoso, 25 años, D.P.H. contaba con hasta ocho requisitorias activas para su localización y captura. Por una de estas reclamaciones, el recluso debe responder a una petición de más de dos años por delitos de robo. Sin embargo, al final no ha podido escabullirse de la Guardia Civil, que intervino de manera simultánea a primera hora de la mañana tanto en Crevillent como en Aspe.
Ahora, además de por los asaltos violentos que se le imputan, el prófugo deberá responder por la presunta comisión de un delito de quebrantamiento de condena al no regresar al centro penitenciario cántabro del que escapó aprovechando un permiso.
La Benemérita desplegó el pasado miércoles un operativo que no dejó indiferente a los vecinos de las poblaciones donde se produjeron los arrestos. Un helicóptero de la Guardia Civil sobrevolaba, relativamente bajo, las zonas donde se practicaron los registros domiciliarios, mientras que la Unidad de Seguridad Ciudadana de la Comandancia (Usecic), especializada en actuaciones potencialmente conflictivas, se desplegó junto a sus compañeros de Novelda para que los registros pudiesen llevarse a cabo sin contratiempos.
Los agentes de la Guardia Civil se incautaron de diverso material que ahora será examinado a fondo para utilizarlo como posibles pruebas de la actividad delictiva de los apresados.
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