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Espectacular terraza del restaurante Els Vents, en el puerto.
Viento en popa
LA GASTROTECA DE FÉLIX

Viento en popa

Félix Cardona

Domingo, 15 de mayo 2016, 09:00

En Alicante hay ciertas zonas de interés turístico impresionante, pero con una oferta gastronómica, en la mayoría de los casos, bastante pobre. Es lo que pasa en el muelle de Levante en el puerto. Con la excepción del Dársena, pocos sitios a salvar de la quema gastronómica. Pero por fin hay un sitio para hacerle sombra a este buque insignia de la gastronomía alicantina. Se trata del restaurante Els Vents, que desde el 3 de mayo ha reabierto con una vuelta de tuerca en su carta dando una calidad a la altura de su localización.

  • Els Vents.

  • Puerto de Alicante, Muelle de Levante. Teléfono 965.215.226

En una terraza como hay pocas en Alicante, con vistas al puerto con la Cara del Moro del castillo de Santa Bárbara presidiendo al fondo, su joven cocinero José Antonio Sánchez hace gala de un gusto exquisito en el trato de la materia prima. Tras formarse con Hilario Arbelaitz, Pablo Urcelay o Koldo Rodero, entre otros, llega a Alicante para poner en el plato una cocina creativa basada en un producto comprado a diario en el mercado alicantino.

Como no podía ser de otra forma, el producto lo mima de forma impresionante, dejando la creatividad para las guarniciones y acompañamientos. La carta es sencilla y clásica en su distribución: 'picaetas' y entradas, pescados, carnes, arroces y postres. Pero quizá lo que destaque sea su menú degustación, siempre la mejor opción en un restaurante de este nivel para hacer un recorrido por su carta y para que el cocinero transmita toda su historia y dé lo mejor de sí mismo.

Nuestra experiencia comenzó por todo lo alto con los snacks, que acompañamos con una cerveza artesana hecha en exclusiva para el restaurante, con tomate y pimienta rosa. Refrescante, suave y perfecta para iniciar la comida. Estas 'picaetas' que irán variando según el día, se movieron entre un kumquat con brandada de bacalao, un salmón marinado y una versión del Bloody Mary muy interesante con tomate seco rehidratado con vodka acompañado de una espuma de tomate al Jerez. Un intenso gazpacho de tomate asado con espuma dulce de albahaca acababa con este bloque por todo lo alto.

Los entrantes van desde las ensaladas de bogavantes, setas o, la que más me gustó, de vieiras, hasta un espectacular marmolado de gamba roja con aceite de aceituna negra y piñones, con nabo daikon encurtido en remolacha. Muy interesante cómo en cada bocado van pasando todos los sabores por la boca en un orden perfecto. Las setas en pasta wanton no son realmente una ensalada, pero es un plato fresco que cabe en este apartado.

Como platos principales, el maki de atún tiene una calidad excepcional y el mero, siendo un pescado que no gusta a todo el mundo, estaba exquisito. Pero esto es algo temporal, porque los pescados varían según lo que haya en el mercado. Algo que aporta calidad y que, por desgracia, tan complicado es encontrar en Alicante. En cuanto a las carnes, además del pichón asado, pudimos probar una magnífica presa ibérica lacada, tierna y jugosa.

Y llegamos a los postres con una degustación espectacular donde el juego visual y los recuerdos de infancia no hacían nada más que potenciar la calidad. Un yogurt de azahar con helado de piña asada y chuches. Su versión de la tarta de manzana, con todas las texturas cambiadas respecto a la clásica tarta, coronada por una gelatina de vainilla. Algo que no podía faltar era la opción del postre de chocolate, con hasta cinco tipos en diferentes texturas. Y la sorpresa y el que te hace sonreír como un niño: su versión del pastelito 'Pantera Rosa'. Helado y bizcocho junto a un crujiente y una crema de nata para recordarte en cada cucharada el tiempo que hace que no marraneas con el pastelito de Bimbo. Imprescindible.

No quiero terminar sin hacer una mención especial a los vinos y cómo los trabaja, presenta y vive Tomás Moreno. Hay que tener pasión por tu trabajo y un gusto especial, además de la capacidad empática suficiente, para presentar un vino sin ser cansino ni sonar pedante. Tomás lo hace. Me encanta que gente joven se forme y sea capaz de transmitir tan bien. Un valor añadido espectacular en el local. Por cierto, impresionante el vino dulce de Pedro Ximénez 'El Candado' que nos sacó con el postre de chocolate.

En resumen, nuevo rumbo para un restaurante que ya llevaba un tiempo algo indefinido y que nos ofrece una localización inigualable en Alicante para una velada romántica, una comida de trabajo o, simplemente, para disfrutar del puerto alicantino acompañado de una cocina de gran calidad.

www.lagastrotecadefelix.com

@felixcardona

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