R. A.
Sábado, 28 de mayo 2016, 01:02
El juez Eloy Velasco preguntó durante su interrogatorio a Gabriela Mañueco, director de Construcción de Acuamed, si era consciente de que con su actuación no solo no había impedido presuntas irregularidades, sino que incluso había incitado a sus subordinados a que las hicieran o directamente había despedido a los que no accedieron a cometerla. El magistrado pregunta a Mañueco si conocía las irregularidades y si ordenó realizar informes falsos, a lo que la exdirectiva contesta que no lo ordenó: «Al contrario, encontré irregularidades en los contratos. En obras como la de Flix me enteré a posteriori de que se venían certificando obras que no estaban en el contrato. En ese momento advertí a mi director general.
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Mañueco negó al juez haber presionado a los técnicos, a pesar de que el propio Eloy Velasco le indica haber leído correos electrónicos suyos y declaraciones de otros testigos en sentido contrario. «No tengo constancia de haber presionado a nadie».
En relación a la construcción de la desaladora de Mutxamel-Campello, el juez le pregunta si es normal que un contratista se reúna en la sede de una empresa pública que adjudica obra antes de una adjudicación. «Venía a hablar de los diferentes contratos que tenía con nosotros», puntualiza Mañueco. Ante la pregunta del juez sobre si Arcadio Mateo, ex director general de Acuamed, o el secretario de Estado de Medio Ambiente, Federico Ramos, ordenaron que se tratara bien al empresario Nicolás Steegman, uno de los adjudicatarios, la exdirectiva asegura que «no». «¿Usted es consciente de que hay un correo corporativo que vio todo el mundo en el que el propio secretario de Estado decía que había que compensar a FCC por las pérdidas en Bajo Almanzora?». «Ese correo no lo he leído», responde lacónicamente Mañueco.
Sobre la escollera de Rambla Gallinera, Mañueco niega que obligara a certificar obras por valor de 2 millones de euros que no estaban previstas en la adjudicación. También negó ante el juez que recibiera órdenes «de arriba» para adjudicar contraros a Altium, la empresa de Steegman: «No sé cómo lo hacía, pero tenía la habilidad de acertar con el precio. No recibía, que yo sepa, información privilegiada».
En relación a la desaladora de Torrevieja, el juez Velasco le pregunta si cuando se certificó que la obra no estaba para ser entregada, se apartó a los técnicos que molestaban para favorecer los intereses de Acciona, la empresa contratista de la planta. Mañueco lo niega y también niega haber recibido regalos o agasajos de esta misma compañía.
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