El Consell investiga una roturación de medio millón de metros de suelo en Agost

La Conselleria de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural que dirige Elena Cebrián acaba de abrir una investigación para conocer los detalles en los que se está produciendo una roturación masiva de terrenos agrícolas que hasta ahora eran campos abandonados de vid y otros cultivos típicos de Agost, así como monte bajo. Los trabajos, en los que están operando desde hace ya unas semanas una decena de máquinas retroexcavadoras y otra maquinaria pesada como camiones, se desarrollan en varias fincas rurales sobre una superficie próxima al medio millón de metros cuadrados.

El departamento que dirige Cebrián ya ha dado la orden para que sus servicios jurídicos analicen las circunstancias en las que se está desarrollando la preparación de terrenos donde, según las fuentes consultadas, se van a plantar unos 200.000 almendros, dado el aumento en las cotizaciones que está registrando el típico fruto seco debido a la sequía en California y a la fuerte presión que se registra sobre la demanda por parte de algunos países emergentes, en especial China e India. La investigación por el servicio jurídico de la Conselleria de Agricultura y Medio Ambiente de Valencia, en base a la información facilitada por colectivos ecologistas y los servicios territoriales de Alicante, se abre tras una denuncia previa del cuerpo de los agentes de medio ambiente de la Generalitat Valenciana. La averiguación se centra, básicamente, en determinar si el promotor de la obra de gran envergadura (al parecer uno o varios inversores locales) ha solicitado las preceptivas licencias municipales y autonómicas y, en especial, si ha presentado el obligado proyecto para que los técnicos de la Conselleria otorguen la declaración de impacto ambiental en una zona muy árida en la que existen numerosas escorrentías naturales que no podrían, en teoría, alterarse para que pudieran aliviarse las aguas en caso de lluvias torrenciales. Algunas fuentes consultadas por este diario dan por hecho que los trabajos se realizan sin ese permiso sobre impacto ambiental, que impondría, en su caso, trabajos de restauración sobre las ramblas y espacios forestales o de cierto interés paisajístico y de su flora y fauna.

El suelo con gran movimiento y preparación para el riego por goteo de decenas de miles de almendros (el cultivo más de moda en la provincia por la apreciación de las cotizaciones en origen del fruto seco) está situado junto a la vía verde de Agost, en la partida Terreig, a los pies del Maigmó y de la Sierra Catí.

La Generalitat Valenciana ya obligó el pasado mes de julio, por la vía del Diario Oficial, a una compañía hortofrutícola instalada en Agost (municipio con buenas condiciones climatológicas para los cultivos) a restaurar miles de metros cuadrados tras una roturación agrícola. La Generalitat, entonces, publicaba la declaración de impacto ambiental dos años después de que se iniciaran los trabajos para la implantación de 30.000 ejemplares de granados en una vastísima superficie de casi dos millones de metros cuadrados, cuatro veces más que la actual. En esta ocasión, no solo los agentes de Medio Ambiente de la Generalitat, sino también los agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil levantaron sendas actas de la roturación. Ambas fincas, la de entonces y la de hora, distan pocos kilómetros.

El informe de impacto ambiental alertaba de que se había taponado, incluso, un barranco y del riesgo que ello suponía en caso de lluvias torrenciales.

Este diario trató ayer, recibir ninguna respuesta, de conocer la versión del alcalde de Agost, Juan Cuenca Antón, y del edil de Medio Ambiente, José Antonio Antón Suay.