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Elena Cebrián.

El alcalde de Agost replica que paralizar la roturación masiva corresponde a la Conselleria

Juan Cuenca asegura que más de 220.000 metros del medio millón con movimientos sin permiso son forestales y que el día 31 se lo dijo al promotor

Bernat Sirvent

Viernes, 10 de junio 2016, 01:17

El alcalde de Agost, el socialista Juan Cuenca, devolvió ayer al tejado de la consellera de Agricultura y Medio Ambiente, Elena Cebrián (por Compromís) la responsabilidad sobre quién debe paralizar los trabajos que están realizando una decena de retroexcavadoras desde hace semanas en una superficie superior al medio millón de metros cuadrados de terrenos rústicos abandonados y forestales. Un día antes, la Conselleria había dejado en manos del Ayuntamiento el posible cese de la roturación y allanamiento de tierras de gran volumen hasta que culmine el expediente sancionador abierto y se restaure la masa vegetal. Pero al alcalde Cuenca aseguró que a él no le corresponde tomar esa decisión en los 220.000 metros de suelo estrictamente forestal, sino a la propia Cebrián.

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El alcalde de Agost rompió ayer su silencio de cuatro días, después de que este diario desvelara la investigación abierta por los servicios jurídicos de la Conselleria de Medio Ambiente tras la denuncia de colectivos ecologistas y los agentes ambientales de la Generalitat sobre la roturación de un conocido empresario de tejas y ladrillos del municipio para plantar decenas de miles de almendros, el cultivo más de moda en la provincia por la subida de las cotizaciones de los últimos meses.

Juan Cuenca incluso eleva a 59 hectáreas (casi 600.000 metros cuadrados) las obras de roturación y transformación de tierras y asegura que había dudas sobre cuál era la superficie forestal, que la Conselleria fija en 220.000 metros que deberían, en teoría, restaurarse cuando la empresa presente el proyecto de declaración ambiental. El alcalde confirma que no ha habido permisos previos. Que el primero, para actuar sobre el terreno agrícola común abandonado, lo solicitó el promotor (un conocido empresario del sector de tejas) a finales de la pasada semana. Cree que en este caso sí hay autorización ya, aunque los movimientos se iniciaron ya hace meses, porque hasta una parte está ya plantada de almendros, razona el alcalde. En el caso de la superficie forestal «es la Conselleria de Medio Ambiente la que debe paralizar las obras». Un día antes, el departamento de Elena Cebrián echó la pelota encima del tejado del Ayuntamiento sobre esta decisión.

Hasta el día 27

El alcalde informa de que no tuvo conocimiento de nada hasta que el viernes 27 de mayo se presentaron los agentes de medio ambiente de la Generalitat en el Ayuntamiento para informar de la afectación no solo agrícola, sino sobre todo forestal. Unos días después, en concreto el día 31, Cuenca lo comunicó a la firma propietaria de los terrenos, esa misma empresa tejera.

Cuenca aclara que el promotor le dijo que no tenía obligación de pedir permisos cuando la superficie removida son menos de 250.000 metros cuadrados. Fuentes de la Conselleria aseguran que el informe de impacto ambiental se debe presentar, en todos los casos (agrícolas o forestales), cuando la superficie que se altera supera los 10.000 metros. Una hectárea frente a las 52 que admite la Conselleria o las 59 que enumera el alcalde de Agost.

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Las competencias en materia de montes y áreas forestales las tiene transferidas la Generalitat Valenciana. La Ley de Impacto Ambiental de carácter autonómico recoge sanciones administrativas de hasta 2,4 millones de euros a los infractores y obliga a una pronta restauración del suelo para devolverlo a su estado original.

La Conselleria ya confirmó hace dos días a este diario que, según el Plan de Acción Territorial Forestal de la Comunitat (Patfor), el suelo afectado en 220.000 metros «tiene la consideración de suelo forestal».

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Las primeras plantaciones de almendros en zonas de abancalamiento agrícola abandonado ya se produjeron el pasado invierno, según explica el alcalde. Pese a los reiterados intentos de este diario desde el lunes, el secretario autonómico de Medio Ambiente, Julià Álvaro, sigue optando por guardar silencio.

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