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Bernat Sirvent
Miércoles, 15 de junio 2016, 01:53
El centro de ocio Panoramis, situado en el muelle de poniente del puerto de Alicante, en un lugar muy privilegiado de la bahía alicantina y que fue icono del ciclo de expansión económica durante la burbuja del sector inmobiliario, entra en liquidación por decreto del Juzgado Mercantil de Alicante y, previsiblemente, saldrá a subasta en breve plazo.
El edificio, con espacios abiertos y un diseño que sigue siendo innovador, creado por un conocido arquitecto alicantino, está participado por Cívica, la compañía inmobiliaria del controvertido empresario Enrique Ortiz. No ha podido superar la fase del convenio de acreedores pactado por la compañía Marina de Poniente (en la que también tienen participación en el capital social varios inversores de Valencia, pero ya no la familia Arias del grupo Vectalia) y los principales acreedores, entre ellos la Administración Portuaria de Alicante, a la que adeudaría varios cientos de miles de euros en tasas, según fuentes oficiales del ente que preside Juan Antonio Gisbert.
La sociedad acumuló una deuda con sus distintos acreedores próxima a los diez millones de euros. Además del puerto existen varios bancos que participaron en la financiación de la construcción y, en fases posteriores, en algunos proyectos de mejora y remodelación.
El presidente de la Autoridad Portuaria, Juan Antonio Gisbert, confirmó hace unos días a este diario que existía una deuda en concepto de tasas, aunque no desveló la cuantía. Dejó entrever que, si la situación seguía igual, el consejo del puerto (integrado por Ayuntamiento, Cámara y Coepa, entre otros) solicitaría el rescate de la concesión, a la que aún le quedaban varios años de vigencia. Esta misma operación de rescate ya se planteó cuando el presidente del puerto era José Joaquín Ripoll.
Ahora todo el proceso está pendiente de lo que decida el administrador concursal y, en última instancia, el juez de lo Mercantil.
La mercantil vinculada a Enrique Ortiz presentó en el juzgado el concurso voluntario de acreedores en febrero de 2012. Pocos meses después, en mayo, recibió una puntilla casi definitiva a lo que en su día se concibió como alternativa al muelle de levante, en el que también cohabitan locales hosteleros con otros de ocio o el casino, además de la zona Volvo. Fue en mayo de 2012 cuando se cerraron los cines.
Cierre de cines
Los cines explotados por la empresa Cinesa Panoramis 3D, situados en el centro comercial del mismo nombre, acabaron entonces con once años de proyecciones en sus diez pantallas. La decisión empresarial dejó en la calle casi a una veintena de trabajadores. La empresa lo achacó al «deterioro» del centro, debido al constante y permanente cierre de negocios.
Las salas volvieron a abrir hace unos meses. Sigue siendo un lugar atractivo y próximo al centro de la ciudad para ir al cine y después pasear y contemplar espléndidas panorámicas desde el tercer piso del centro de ocio, con vistas al castillo de Santa Bárbara y todo el puerto deportivo. El centro sigue ofreciendo servicios de gimnasio, un restaurante americano y una cafetería que gestiona directamente la Autoridad Portuaria que preside Gisbert.
Uno de los hechos que más afectado en las últimas fechas la viabilidad de un centro que abrió en 2002 y que nunca ha acabado de despegar, pese a su idóneo emplazamiento, junto al Club de Regatas, fue la paralización cautelar decretada por la Concejalía de Urbanismo a unas obras de mejora para convertir parte del entorno en una especie de mercado gourmet, al estilo del que ya existen en algunas ciudades españolas. La Concejalía que dirige Miguel Ángel Pavón dijo que la empresa que ejecutaba la obra había «modificado la edificabilidad y aumentado el número de metros cuadrados».
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