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Luis Candela
Miércoles, 15 de junio 2016, 01:53
La Audiencia Provincial de Alicante albergó ayer un juicio por el desencuentro entre los que creían ser los herederos de su tío y la mujer con la que se casó medio año después de fallecer su esposa. La mujer, que padece una enfermedad por la que la eximieron de acudir a declarar, denunció que los cuatro sobrinos del hombre de 90 años por supuestamente transferirse los tres millones de euros, tanto en dinero como en posesiones inmobiliarias, un mes antes de contraer matrimonio con ella, el 8 de julio del 2008. Poco después, el nonagenario falleció dejando un legado cuyo destino deberá decidir un tribunal, pues carecía de progenie y, al parecer, se lo dejó a la supuesta perjudicada.
Boda. El nonagenario se casó con su segunda esposa en julio de 2008, meses después de fallecer su mujer.
Traspaso. Los sobrinos transfirieron a las cuentas de una empresa para gestionar la herencia el dinero y tres pisos de su tío.
Consentimiento. Los acusados sostienen que actuaron amparados por un poder notarial y la autorización del hombre.
Intereses. Además, los procesados insisten en que le abonaban a su tío los beneficios que generaba el patrimonio de 3 millones.
Los sobrinos, dos hombres y dos mujeres vecinos de Agost, se sentaron ayer en el banquillo de los acusados de la Sección Segunda y se enfrentan a una pena de seis años y medio de prisión cada uno por un delito de apropiación indebida. Ellos niegan las acusaciones, como que actuaran para dejar sin el patrimonio a la segunda esposa de su adinerado tío, que obtuvo buena parte del patrimonio de su primera mujer, según recoge el escrito de calificación del Ministerio Público.
Según la versión de los cuatro procesados, actuaban siguiendo instrucciones de su tío. Incluso, contaban con un poder notarial efectivo hasta el 6 de junio de 2008, fecha en la que les fue revocado, para poder gestionar el vasto patrimonio del hombre. Es más, alegaron que «solo hicimos lo que quería nuestro tío para nosotros, siempre que los intereses fueran para él», como declaró uno de los inculpados a preguntas del fiscal y de su defensa, el letrado Joaquín Lacy. Al abogado de la acusación particular, que ejerce la denunciante, eludieron responder.
El lío patrimonial se remonta al 28 de diciembre del 2007, cuando fallece la esposa del nonagenario. «Mi tío estaba muy afectado sentimentalmente», relataron los acusados, por lo que no entendían el casamiento con su segunda esposa solo unos meses después. Sin embargo, «no nos opusimos por la herencia», según dijeron durante su interrogatorio, en el que una de las acusadas dijo que «era como un segundo padre».
En cambio, el Ministerio Público les acusa de «obrar con ánimo de obtener un ilícito enriquecimiento» por transferir a las cuentas de una empresa creada únicamente para gestionar el patrimonio del hombre. «Fuimos a un gestor acompañados por nuestro tío», adujeron, por lo que «seguíamos sus indicaciones», apuntaron.
Los acusados insistieron en que los intereses derivados de las propiedades, tres viviendas ubicadas en Agost, y casi medio millón de euros «se le pagaron», como señaló uno de ellos a su abogado, Joaquín Lacy.
Pese a ello, la Fiscalía sostiene que el movimiento de comprarse para sí, sin abonar un solo euro, los inmuebles no resultó lícito, como tampoco el goteo de transferencias del dinero en las entidades bancarias del hombre a las de los procesados. Todo ello, a escasas horas de que el nonagenario revocara el poder que les había otorgado tiempo atrás, en julio del año 2007. Sin embargo, sobre traspasos efectuados una vez extinguido el documento, los denunciados aseguraron que contaron con autorización de su tío, «cuya documentación está firmada», como dijo uno de los sobrinos.
No obstante, sobre el poder notarial, una de las sobrinas advirtió al tribunal de que «mi tío me dijo que no lo quería revocar y que si yo quería nos lo otorgaba de nuevo, pero me negué». Esta misma imputada sostuvo que «nunca pensé en que se volvería a casar y tampoco pensé en la herencia», preguntada por el representante del fiscal sobre por qué hicieron los traspasos en tan corto espacio de tiempo.
Entretanto, el patrimonio de tres millones de euros «no se ha tocado», según manifestó uno de los cuatro procesados por estos hechos ocurridos hace casi una década.
Ante el tribunal de la Sección Segunda desfilaron familiares y responsables de entidades bancarias para aportar su testimonio sobre cómo transcurrieron esos días en los que el hombre se encontraba a punto de fallecer y decidió contraer matrimonio con la mujer, para la que no quedó rastro de la herencia.
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