Eva María Lahoz
Viernes, 15 de junio 2018, 12:33
La jornada de una Bellea o una Dama del Foc tiene pocos momentos para el descanso durante la ajetreadísima semana de Hogueras. Sin embargo, ayer el protagonismo era para las pequeñas y las chicas dispusieron de toda la tarde libre para estrenar con tranquilidad sus habitaciones y las instalaciones del hotel de 'concentración', en el que se alojarán hasta el día 25. Entre sus primeros gestos, soltar los bártulos, que sus madres iban ordenando por detrás, probar la cama y contemplar las vistas. Después, quitarse pronto los trajes, que cambiaron por el biquini para ir a la piscina a refrescarse.
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Tras la mascletá y la comida, fueron directas al Spa Portamaris, donde les esperaban ya algunos de sus familiares con sus equipajes. Cajas, bolsas y maletas llenas de cosas. Tantas, que parece mentira que vayan a estar en el hotel menos de una semana. «Son todo 'por si acasos'», reía la madre de una de las Damas, sepultada bajo montones de bolsas.
La Bellea, Ana Belén Castelló, tuvo que esperar una hora a que sus padres pudiesen llevarle todas sus cosas. «Están preparándolo todo y no podían venir antes», justificaba ella, algo contrariada, aunque paciente. Eva Martínez abrazaba emocionada a su tío, llegado desde Barcelona para vivir las Hogueras más especiales para la familia. «Es uno de los fundadores de mi Hoguera, (Passeig de Gomiz), pero tuvo que irse a Barcelona a trabajar y no siempre puede venir en fiestas. Este año no se lo quería perder», explicaba Martínez.
El resto de Damas también recibieron a sus padres y a algún familiar más. Llamativo resultó que ninguna de ellas se despidió allí de sus respectivos novios. «Al mío a lo mejor le veo esta noche», indicaba la Bellea. Y es que tenían previsto ir a los racós para disfrutar de la fiesta.
Cargadas con las maletas, se dirigieron a sus habitaciones. La más grande, destinada para la Bellea del Foc, con unas bonitas vistas del puerto y una ducha panorámica que no tardó mucho en estrenar.
«Me encanta, es preciosa y amplísima», comentó nada más entrar. «Seguramente aquí acabaremos todas por las noches», anticipó, divertida.
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En su maleta, explica, hay «ropa cómoda, vaqueros, la camisola, el polo de la Federación, el biquini, zapatillas y zapatos bajos, nada de tacones». Y es que ya bastante tiempo han de pasar con los pies encerrados en los zapatos del traje oficial, que ayer no dudó en quitarse al poco de entrar en la habitación.
También alguna crema fría para las piernas cansadas «aunque no uso muchas, porque aguanto bastante bien», indica. Un lugar privilegiado ocupan ya en su habitación todos sus trajes de novia alicantina, con cuatro faldas distintas, entre ellas el espolín, su preferida. Sus Damas dormirán en habitaciones dobles. En una de ellas, Eva Martínez y Ana Cebrián, que fueron las primeras en despedir a sus padres, desvestirse y prepararse para piscina.
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En otra, Macarena Huertas y Claudia Gil. La primera lamentaba que se le había olvidado pedir a sus padres que le metieran el biquini en la maleta. «Se lo llevaré esta noche al racó», señalaba su madre. La tercera doble es para Andrea y Paula, que explicaban que, entre ropa y cosméticos, no se les había olvidado meter «snacks de todo tipo y Red Bull» para aguantar durante las largas jornadas de las fiestas o para compartir entre risas por la noche.
Una hora después de llegar al hotel, ya se habían despedido de sus padres y la mayoría de ellas estaban listas para darse un buen chapuzón en la piscina del spa.
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