Urgente Aemet activa el aviso amarillo en Valencia este martes por «lluvias localmente fuertes»
José Tomás, premiado con la vuelta al ruedo.

Gracias José Tomás

El torero de Galapar cuaja a su segundo ejemplar, un toro de vuelta al ruedo, en una faena memorable

miguel de clara

Sábado, 25 de junio 2016, 00:33

Gracias José Tomás por anunciarse en esta Feria de Hogueras. Porque su presencia ha revitalizado la economía de distintos sectores de Alicante como los hosteleros y hoteleros. Porque no hay mejor promoción turística para esta ciudad que ver en los carteles su nombre. Y todo ello, a pesar del silencio del tripartito de la izquierda radical en el Ayuntamiento de Alicante para que no hubiera alusión alguna a este ciclo taurino en el Programa Oficial de Hogueras. Gracias José Tomás porque las cifras de asistencia de espectadores a la Feria de Hogueras 2016 es uno de los ejes para echar por tierra tesis prohibicionistas, y que atentan contra la libertad individual, sobre la vigencia de la Tauromaquia. Y, sobre todo, cuando se representa con autenticidad como es su caso. Banalidades, ninguna. Gestos, ni el más mínimo. La verdad desnuda del toreo: toro y torero, torero y toro, frente a frente. Así, la Tauromaquia se defiende sola. Gracias José Tomás.

Publicidad

A su primero, Galiano-247, lo recibió rodilla en tierra antes de que el cuatreño comenzara a evidenciar su querencia a los adentros. Se dejó pegar en el caballo y José Tomás protagonizó un quite por ceñidas chicuelinas y una media. Embistió en banderillas con franqueza por el pitón derecho y midió por el pitón izquierdo.

A la segunda tanda en redondo en la faena de muleta, ya había sometido Tomás las embestidas. Toreó al natural con pasmosa serenidad y templada seguridad, a pesar de que las acometidas eran cada vez más cortas. De sus muñecas surgió un eterno pase en redondo rematado con un cambio de mano. Se pedía silencio en la plaza. Inaudito en Alicante, tan expectante estaba el público que abarrotó el coso.

  • ficha del festejo

  • Ganadería. Cuatro toros de Núñez del Cuvillo, en lidia ordinaria. Dos toros de Fermín Bohórquez para rejones -1º y 4º-, reglamentariamente despuntados. Los de Cuvillo, desiguales de presentación y juego. Manejable, el 2º; manso y descastado, el 3º; encastado, el 5º; enclasado, el 6º. Silenciados en el arrastre, 2º y 6º; pitos para el 3º y vuelta al ruedo para el 5º. Manejable el 1º de Porquezuela y deslucido, el 4º. Silenciado y pitado, respectivamente, en el arrastre.

  • Pesos. 531, 481, 533, 519, 526, 486 kilos.

  • Manuel Manzanares. Ovación y saludos en su primero. En el 4º, rejón trasero y desprendido (silencio).

  • José Tomás. De azul noche y oro. Estocada trasera y desprendida (oreja). En el 5º, estocada trasera (dos orejas tras aviso).

  • José Mari Manzanares. De de azul rey y oro. Pinchazo y estocada desprendida (silencio). En el 6º, estocada en la suerte de recibir (dos orejas).

  • Incidencias. Tercera de abono de la Feria de Hogueras. Lleno.

Siguió con trincherazos, un afarolado y un majestuoso pase de pecho antes de finalizar por manoletinas y un ovacionado cambio de mano. La faena justa. El tiempo exacto para saborear una picaeta de lo que vendría después. La estocada trasera y desprendida le valió una oreja.

Salió Cacareo-175 y sus primeros síntomas de mansedumbre los borró José Tomás con una sucesión de templados delantales rematados con una media. Apretó hacia adentro el de Cuvillo en la vara que tomó. Más por bravucón, que por verdadera bravura, lo que se demostró al salir huido del encuentro. Volvió a quitar José Tomás: esta vez por delantales cosidos a navarras.

Publicidad

En banderillas, sobre todo por el pitón izquierdo, puso en un brete a los banderilleros por unas encastadas embestidas soltando, además, la cara. Se presumía que este toro le iba a exigir más al de Galapagar. No le importó. Mejor para su toreo de exposición como se demostró en los iniciales estatuarios recortando, progresivamente, la distancia para seguir con un pase de pecho a la hombrera contraria y el mexicano pase del desdén.

Sin probaturas comenzó toreando en redondo arrastrando la muleta por la arena. Cacareo-175 aceptó el envite. Se acrecentó el temple y la quietud del toreo de José Tomás por el pitón derecho. Preámbulo de lo que sucedió al torear al natural. Series de ocho pases enganchando adelante las embestidas y despidiéndolas en la cadera contraria. Ni un sólo tirón. Temple en el más puro estado. Ayudados por bajo con sabor. Acortó distancias para seguir toreando con la zocata y llevarse la muleta a la diestra para, con esta mano, proseguir con naturales. El hombre se había vuelto a imponer al animal.

Publicidad

Cobró una estocada trasera lo que demoró que doblara el toro. Hasta en este momento se demostró que José Tomás es diferente. Ni una sola prisa en sus peones. Atendiendo las indicaciones del de Galapagar. Respetando al toro en sus últimos momentos. No le importó que sonara un aviso. Se echó Cacareo-175 y los tendidos se tiñeron de blanco pidiendo el doble apéndice. José Tomás demostró que existe otra Tauromaquia diferente a la que estamos acostumbrados a ver a diario. Gracias, José Tomás.

Manzanares, suerte dispar

A Jose Mari Manzanares sólo le salió un toro que ofreciera opciones de triunfo: el segundo de su lote, Chiquito-229. El primero, Galito-139, fue un manso y descastado que echó por tierra cualquier opción de ligar faena. Manzanares lo recibió a pies juntos y el de Cuvillo respondió echando la cara arriba y propinando un buen susto al alicantino al colársele por el pitón derecho.

Publicidad

Llegó al caballo al relance. Ni se empleó ni humilló. Encampanado se movió en banderillas en una sucesión de desclasadas embestidas. Comenzó Manzanares probándolo por ambos pitones en la faena de muleta. Al natural no pudo ligar tanda alguna. Ni aun llevándolo a media altura. A la segunda, se aculó en tablas haciendo imposible cualquier atisbo de faena.

Manzanares se sacó la espina con Chiquito-229. Tampoco fueron buenos los principios del toreo de capote y el recibo, por verónicas, también a pies juntos. Se atisbaban, de nuevo, desclasadas embestidas y querencia a los tableros.

Publicidad

El picotazo en el caballo tampoco ayudó a templar esas acometidas. Momentos de duda sobre la conveniencia del quite. Manzanares aceptó el envite y se sucedieron chicuelinas de mano baja, muy baja, con claras reminiscencias a Manzanares: Un Maestro en la Terreta, de quien ayer se cumplieron 45 años de alternativa.

Mejoró el toro en banderillas gracias, también, a la eficacia de la lidia. Toreó Manzanares en redondo rematando por bajo, ligando y embarcando la desigual acometida. Sí, pero... Así que se echó la muleta a la izquierda y ahí sí. Apareció el temple, la clase, la despaciosidad, el relajo y la ligazón en las series. Todo ello rematados con excelsos pases de pecho. Los tiempos precisos entre tanda y tanda, la pausa justa. La contundencia con la espada en la suerte de recibir le supuso volver a abrir la Puerta Grande que su padre, el Maestro Manzanares, cruzó en 57 ocasiones.

Noticia Patrocinada

No anduvo acertado Manuel Manzanares en una tarde con tanta responsabilidad. Su primero, Impostor-25, fue un toro manejable que apenas transmitió. Lo mejor de Manzanares fue la templada manera de recibir a su oponente. Desigual en el segundo tercio, lo más destacado fue una banderilla por los adentros que colocó a lomos de Chavela. No estuvo acertado con el rejón de muerte.

Las ganas de agradar le volvieron a jugar una mala pasada ante Mosquetero-90. No estuvo certero con el rejón en el primer tercio y se dejó llegar mucho el toro a las cabalgadura, dejándoselas tropezar más de lo debido. Desiguales de colocación las banderillas y con varias pasadas en falso. Algún silbidito que otro tuvo que escuchar Manuel Manzanares.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete a Las Provincias: 3 meses por 1€

Publicidad