Rita Bosaho reconoce que no esperaban el resultado: «El cambio no ha 'soldificado'»

La cabeza de lista de A la Valenciana por la provincia de Alicante, Rita Bosaho, llegó sobre las once de la noche a la reunión que había organizado la coalición supuestamente para celebrar una victoria moral. Apareció sola, pero afrontó el revés con entereza.

Admitió que no era el resultado que esperaban, pero aseguró que continuaban «en la misma línea de ofrecer apoyo a las fuerzas progresistas» para crear un cambio que «será más lento, pero que habrá que llevar a cabo».

La confluencia con Compromís ya ensayada en diciembre sí fue un éxito entonces, pero ahora, con la suma Esquerra Unida, «no ha 'soldificado'». Los motivos, entiende Bosaho, se refieren a «un voto abstencionista por el cansancio de dos elecciones tan seguidas». Un primer análisis, al que seguirá «una reflexión más profunda» de los resultados.

Quiso poner un punto de esperanza al asegurar que A la Valenciana es «actor principal del cambio» y también «vector» del mismo, que «será lento y complicado», pero entiende que «terminará llegando».

Por su parte, el vicealcalde de Alicante, Miguel Ángel Pavón, reconoció que el resultado «no responde a las expectativas», puesto que la coalición se mantenía «pero no multiplicaba». A nivel nacional, PSOE y C's bajaban y no terminaba de entender por qué el PP subía «de forma tan importante».

Las únicas explicaciones que daba eran que los electores «han votado en clave más negativa que positiva, ha calado el discurso del miedo». No dejó de lado las consecuencias del Brexit, que ha exacerbado este sentimiento en su opinión: «Ha habido un voto más conservador que en clave de ilusión y cambio».

La coportavoz de Compromís, Mónica Oltra, dijo que la coalición de la que forma parte «tenía razón cuando presentó el acuerdo del Prado» en el último intento por formar gobierno antes de esta nueva cita electoral y le echó la culpa al líder socialista, Pedro Sánchez.

En una intervención ante los simpatizantes de A la valenciana, Oltra admitió que los resultados obtenidos se han quedado «por debajo de las expectativas» porque éstas eran muy altas, e insistió en que «es necesario mucho más» para borrarles «la sonrisa».