José Vicente Pérez Pardo
Viernes, 1 de julio 2016, 01:00
La debilidad del equipo de gobierno en el Pleno municipal volvió a quedar patente ayer, porque solo la abstención de la oposición permitió al tripartito de Alicante aprobar una modificación de créditos de 37,6 millones de euros que servirán para inversiones sostenibles y el pago de la Operación Pendientes de Amortización (OPA), como los 18 millones de euros para solventar la sentencia favorable a la mercantil Hansa Urbana. Tanto populares como Ciudadanos mostraron sus objecciones a algunos de los proyectos que comprenden estas inversiones, aunque permitieron que el tripatito las ponga en marcha con su abstención, como así hicieron los concejales no adscritos Nerea Belmonte y Fernando Sepulcre, que estrenaba esta condición tras abandonar la formación formación naranja el pasado día 20.
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en su contexto
El Pleno aprobó la moción del edil de C's Juanfran Escudero para que se pague la 'zona azul' a través del móvil. Fernando Marcos, aseguró que la concesionaria podrá en marcha un sistema de dos meses.
El concejal de Transportes, Fernando Marcos, defendió una declaración institucional para instar a la Generalitat a que vuelva a poner en marcha el ramal del Tranvía desde Sangueta al Postiguet.
El Pleno aprobó, a propuesta del PP, una comisión para negociar la llegada de Ikea, iniciativa que contó con un respaldo unánime. Pavón achacó a los populares que se negaran a esta comisión la anterior legislatura en tres ocasiones, aunque con Miguel Valor en la Alcaldía sí se aprobó. C's retiró otra moción sobre una comisión para buscar el lugar idóneo al proyecto.
El Pleno, de nuevo vespertino, apenas tuvo mociones y el principal debate se centró en el capítulo de inversiones, como bien remarcó el portavoz popular, Luis Barcala, casi al final de la sesión: «Quizás lo que pasa es por el orden del día», les dijo a los miembros del equipo de gobierno, en velada alusión al resultado electoral del domingo, con franca recuperación para los populares. Barcala no dudó en reiterarlo en determinadas ocasiones durante el Pleno.
Pero ni estas ni otras insinuaciones cambiaron el buen humor que ayer mostró el alcalde, Gabriel Echávarri, durante toda la sesión. Tal vez porque logró su objetivo de la tarde y el resto fue un debate muy arduo, sin apenas medidas efectivas y volviendo a numerosas declaraciones institucionales dedicadas al 18 de julio, los cetáceos, los mediadores culturales de los centros de salud o el genocidio armenio, aunque este punto se retiró en el último momento.
En cuanto a las inversiones, el Ayuntamiento dispone ahora de 37,5 millones del remanente de tesorería del ejercicio anterior y del préstamo firmado ayer por la Concejalía de Hacienda por nueve millones de euros.
El portavoz del PP, Luis Barcala, quiso arrimar el ascua a su sardina al asegurar que esta cantidad se disponía por cumplir el plan de ajuste al que está sometido el Ayuntamiento, algo que le reprochó el portavoz de Compromís, Natxo Bellido: «El plan de ajuste no es un cuento de hadas porque hemos perdido la soberanía económica y, con ella, la soberanía política».
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La edil de Hacienda, Sofía Morales, también lamentó que se ha heredado un plan de ajuste que fue «un castigo» porque el PP se gastó el dinero en «chuches» por no querer decir que «alguien se lo llevó» el dinero. «Y al gastarse en chuches, los hombres de negro han tenido que venir», manifestó Morales.
Barcala reprochó algunas inversiones como los 350.000 euros para el mantenimiento del Puente Rojo, puesto esta infraestructura está prevista que se derribe. Miguel Ángel Pavón le recordó que no tiene mantenimiento desde hace veinte años.
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Por su parte, la portavoz adjunta de C's, Yanet Giraldo, se quejó de que la Concejalía de Infraestructuras ha presentado proyectos por valor de 2,6 millones «de las que no teníamos un informe esquematizado como en otras concejalías». A pesar de estos reparos, salió adelante la propuesta del equipo de gobierno por la abstención de la oposición.
A partir de aquí, el Pleno se desarrolló con absoluta normalidad, tan solo soliviantado cuando Echávarri dijo que Belmonte era una «tránsfuga» y la edil aseguró que los ediles de Guanyar «estaban ahí gracias a Podemos» y que le habían «utilizado». También fueron muy vehementes en sus exposiciones Marisol Moreno sobre un refugio de mascotas y María José Espuch.
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