Echávarri decide seguir

Gabriel Echávarri ha deshojado la margarita después de algunos meses de incertidumbre sobre su continuidad como secretario general del PSOE en Alicante y anunció ayer en la 'Cadena SER' que optará a la reelección como líder de los socialistas alicantinos, 48 horas antes de que se celebre la asamblea de la formación.

El congreso de los socialistas alicantinos aún está lejano, previsiblemente antes de final de año, aunque todo está en el aire hasta que no se conforme Gobierno en Madrid. Después, vendrían los cónclaves federal, regional y local en la formación socialista, por lo que Echávarri no hubiera tenido prisa para hacer este anuncio si no fuera por los movimientos internos en el partido.

Echávarri nunca lo ha tenido fácil, ni en el partido ni en el Ayuntamiento. Ganó la secretaría general en 2012 tras dura pugna con otro Gabriel, Moreno en este caso, y después accedió a la Alcaldía de Alicante. Pero ni el hecho de que un socialista ostentara la máxima representación de la ciudad tras veinte años en la oposición ha acallado las críticas en la convulsa agrupación alicantina.

Durante el año de mandato, la vieja guardia del PSOE le ha criticado que haya mantenido el pacto de gobierno con Compromís y, sobre todo, con Guanyar. Gabriel Echávarri siempre ha defendido la continuidad de un gobierno estable en la ciudad, a pesar de que también siempre ha sido el primero en enfrentarse a sus socios cuando ha hecho falta. La última, por la designación de funcionarios.

Con los números a favor

La dirección socialista esgrime a su favor que mientras se ha ostentado el poder han ganado votos desde los mínimos de 2015, cuando irónicamente se hicieron con la Alcaldía. Por eso, entienden que un gobierno en minoría no haría sino menoscabar las posibilidades de repetir en 2019, que no son fáciles, de ahí en su insistencia en mantener el tripartito.

Las relaciones con algunos sectores están rotas ahora y hasta se postulaba un candidato alternativo a Echávarri por si decidía no continuar para centrarse en su cargo institucional. Le preguntaron en la entrevista radiofónica por el concejal de Recursos Humanos, y secretario de Organización socialista, Carlos Giménez. Echávarri se sorprendió: «Pero si es mi número dos», dijo.

El de Giménez no es el único nombre que ha sonado, puesto que entre los corrillos socialistas también se han mentado otros miembros del actual equipo de gobierno como previsibles relevos de Echávarri por si decidía dejar el cargo orgánico. Alguno, incluso, ya buscaba equipo para formar su ejecutiva. También entre esas corrientes socialistas ajenas a la actual dirección apostaban por encontrar alguien que diera la cara. Por el contrario, dentro del partido también se apuntaban otros nombres como delfines del secretario general en las personas más afines dentro de su ejecutiva. Cosas que ocurren en tiempos revueltos.

Todavía no es descartable, incluso, que alguien se presente, aunque el anuncio de Echávarri enfría bastante los ánimos y él es consciente: «Me presenté diciendo que con mi programa llegaríamos a la Alcaldía y hemos llegado. ¿Quién puede prometer más?», manifestó en su intervención radiofónica. Un aviso claro.

El anuncio de Echávarri intentará servir, tal vez, para calmar estos ánimos. La dirección socialista maneja un 80% de adhesiones entre los militantes y están dispuestos a demostrarlo, si es necesario, aunque no es su prioridad. Prefieren centrarse en la gestión municipal, que es lo quiere ahora los dirigentes más próximos al secretario general socialista para aumentar las posibilidades de repetir en la Alcaldía.