Vecinos, hostelería y comercio ven el veto a locales «un parche» y exigen las mediciones

La suspensión de licencias a nuevos locales de ocio con música no contenta al tejido social del Casco Antiguo y el Centro Histórico, sobre todo a los vecinos y los hosteleros enfrentados. Ambas partes apoyan la medida, que pidieron en la mesa sobre veladores y ruido, pero entienden que es «un parche» que pretende tenerles contentarles a la espera de tomar las decisiones más relevantes, como la elaboración del mapa acústico.

En la mesa sobre veladores y ruido que se reunió en varias ocasiones a finales de 2015 fueron dos los únicos acuerdos alcanzados. Por un lado, la suspensión de licencias a locales de ocio para evitar que siguiesen proliferando. Por otro, la supeditación de la toma de otras medidas correctoras más drásticas sobre los locales ya existentes a los resultados que arrojasen las mediciones acústicas que se comprometió a hacer el Ayuntamiento. Mediciones con las que pretendía elaborar un mapa acústico más completo que el actual, que solo recoge el tráfico como fuente de contaminación acústica.

Sin embargo, cuando el área de Medio Ambiente tuvo la posibilidad de disponer de fondos para ejecutar estas mediciones, a través de las inversiones sostenibles, priorizó otras necesidades, como la instalación de alumbrado eficiente. Ahora, el vicealcalde, Miguel Ángel Pavón, dice que se dejará para 2017.

Tampoco se han aprobado, por el momento, los polémicos planes de ordenación de veladores anunciados por la Concejalía de Urbanismo y Vía Pública.

De hecho, la suspensión de licencias acordada el martes fue la primera medida tomada por el tripartito para intentar solventar el conflicto del ruido en el centro, en más de un año de gobierno.

Los vecinos se han cansado de esperar. «Nos parece bien que se suspendan licencias a nuevos locales de ocio pero entendemos que es una medida que llega tarde y que no es suficiente», apunta Alcázar Moreno, la presidenta de la Asociación de Vecinos del Centro Tradicional.

En su opinión, «no es de recibo que hayan tardado ocho meses en suspender licencias cautelarmente, una medida que se acordó en la mesa sobre el ruido y que fue uno de los pocos puntos de encuentro con los hosteleros».

Además, considera «mucho más importante el otro acuerdo, la elaboración del mapa acústico que ponga en cifras la situación que vivimos cada día los vecinos».

Moreno explica que los vecinos están «desencantados con el tripartito» porque «parecía que iba a tomarse en serio nuestro problema, pero luego no ha hecho nada. Ni mediciones, ni declaración de zona acústicamente saturada, ni siquiera los planes de ordenación de veladores. Nada».

Asegura que la suspensión de licencias «es un paso, pero solo evita que se abran nuevos locales si hacen obra y no resuelve el problema de saturación que ya existe, con ocho discotecas y más de 40 pubs concentrados en el barrio». Lo que necesitan, dice, «es que se prohíban los traspasos para que se reduzca el número de locales, no que se mantenga».

Por su parte, el presidente de la Asociación de Locales de Restauración y Ocio (Alroa), Francisco Galdeano, califica la medida de «parche» y añade que «con un solo parche no se pueden tapar tantos agujeros».

Les gusta la suspensión de licencias, dado que ellos mismos la pidieron. No obstante, recuerda, «también reclamamos como básica la elaboración del mapa acústico y la implementación de medidas mucho más amplias, como pinturas repelentes, materiales fonoabsorbentes o petición de subvenciones para aislar acústicamente las viviendas».

De eso, dice, «no se ha hecho nada». Por lo tanto, añade, «ya sabemos que los vecinos no van a estar contentos, y con razón, porque no se resuelve el conflicto, y al final van a forzar medidas que seguro que revierten en nuestra contra».

Los comerciantes dan la «bienvenida» a la medida. «Estábamos esperando una solución al problema que tenemos en el Centro Tradicional, donde no caben más pubs ni discotecas», señala el presidente de la asociación Corazón de Alicante, Vicente Armengol.