Luis Candela
Viernes, 29 de julio 2016, 00:33
Lejos de borrar su rastro, los acusados de manipular de forma masiva vehículos desde concesionarios de la Marina Alta le enseñaron a la Guardia Civil por donde debían indagar. La Audiencia Provincial de Alicante ha condenado a un británico y a un holandés a penas de un año y 2 años y medio de cárcel, respectivamente por quemar un coche que previamente habían vendido. El comprador se percató de que el cuentakilómetros se había retocado, por lo que exigió una compensación. Los sospechosos optaron por prender el coche de tal manera que incendiaron un edificio de la calle Doctor Crespo de Benissa.
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A partir de este hecho, el 1 de abril de 2015, los investigadores tiraron de un hilo que les llevó hasta un entramado de manipulación de cuentakilómetros. Según ha quedado probado para la Sección Décima, el británico encargó por 1.000 euros hacer desaparecer el vehículo con el desastroso resultado. Los daños alcanzaron los 23.500 euros, cantidad que han satisfecho casi en su totalidad.
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