E. P.
Sábado, 30 de julio 2016, 11:21
Ir a la playa no tiene por qué ser sinónimo de luchar por un hueco en el que plantar la sombrilla ni de tener que tomar el sol a tan solo 10 centímetros de tu vecino de toalla. El litoral mediterráneo, desde la Costa Brava hasta la de Almería, está repleto de pequeñas playas y calas escondidas que permiten disfrutar del verano sin demasiada masificación además de ofrecer paisajes únicos.
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Con el contraste que ofrece la unión de la playa y la montaña, las calas mediterráneas más ocultas pueden ser un refugio magnífico si lo que se pretende es disfrutar de la naturaleza y descansar.
Por si no conoces muchas, o estás buscando ideas para innovar, aquí te dejamos siete opciones repartidas por el litoral peninsular y las islas, en las que valdrá la pena perderse:
1. CALÓ D'ES MORT (FORMENTERA)
Caló d'es Mort, o lo que es lo mismo en castellano, la Cala de los Muertos, es una de las calas más bonitas del archipiélago balear. Se caracteriza por su agua cristalina, su pequeña playa de arena y roca blanca y un pequeño varadero de madera que aportan un toque rústico al paisaje .
Situada en la parte suroriental de Formentera y a 10 kilómetros de la capital de la isla, San Francesc Xavier, es reconocida por ser una de las playas menos contaminadas del país y un lugar perfecto para disfrutar de un día de playa con amigos o familia.
Acceso:
A Caló d'es Mort no se puede llegar en coche. Para lograr alcanzar sus aguas es necesario recorrer un sendero en el que en el tramo final se hará necesaria la ayuda de una cuerda. Pese a esto, quienes la visitan, aseguran que el esfuerzo merece la gran recompensa.
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2. CALA DE LA BARRACA - EL PORTITXOL (JÁVEA)
La pequeña Cala la Barraca, más conocida como El Portitxol, nombre que debe al islote situado justo en frente, es una de las playas más bonitas y singulares de la costa de Jávea (Alicante).
El singular paisaje en el que se conjugan los árboles de cultivo, que casi llegan hasta la orilla del mar, las pequeñas casas de pescadores y la roca blanca, convierten a esta pequeña playa en uno de los lugares más apreciados por los amantes de la naturaleza y la tranquilidad.
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Además, su cercanía al islote, convierte a La Barraca en una cala perfecta para iniciarse en la inmersión y descubrir la flora marina de la misma.
Acceso:
A la playa se puede acceder en coche, siguiendo la carretera del Cabo de la Nao o a pie desde el Mirador de la Cruz del Portitxol.
Eso sí, el fácil acceso por carretera a La Barraca la ha convertido en los últimos años en una playa bastante frecuentada en temporada alta, por lo que es aconsejable no esperar hasta altas horas para acudir a bañarse.
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3. CALA DEL TI XIMO (BENIDORM)
En Benidorm, en el que es seguramente el destino de vacaciones más famoso del país, todo no se queda en la popular playa del Levante y en su gran oferta de ocio y fiesta.
Más allá del casco urbano, entre el terreno escarpado del Rincón de Loix, Benidorm guarda uno de sus más bonitos secretos. La Cala del ti Ximo es una pequeña playa de 70 metros que combina la arena fina y los cantos rodados.
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Acceso:
Llegar es muy fácil. La playa tiene acceso por carretara, párking y además, está conectada con la ciudad con uno de los autobuses urbanos.
4. CALA DEL MORAIG (BENITATXELL)
Perteneciente al Poble Nou de Benitatxell, la Cala del Moraig es una parada imprescindible si se recorre la Costa Blanca.
Situada bajo el Macico del Puig Llorença y entre acantilados, esta playa de 500 metros de longitud y 80 de anchura es perfecta para los fans del agua cristalina y amantes del buceo. Todos podrán disfrutar de las magníficas formaciones geológicas locales como la Falla del Moraig y la Cova dels Arcs, una cueva natural con salida al mar que se encuentra pegada a la cala.
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Acceso:
Llegar a esta cala no es difícil ya que se puede acceder en coche prácticamente hasta la arena.
5. CALA DEL MORO (SANTANYÍ)
Aunque la Cala del Moro de Santanyí (Mallorca) sea uno de esos lugares en los que en temporada alta hay que luchar por conseguir un hueco para la toalla, vale la pena tenerla en cuenta si se visita la isla de Mallorca.
Esta pequeña playa de arena, rodeada de montañas rocosas, está a seis kilómetro del pueblo de Santanyí y es un lugar ideal tanto para los amantes del senderismo como para los que prefieren relajarse tomando el sol y dándose un baño.
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Acceso:
Aunque en coche se puede acceder prácticamente hasta la arena, para entrar en ella, se tiene que llegar a pie atravesando un pequeño sendero de no más de 400 metros. Un impedimento que, aunque muy poco, puede reducir la afluencia de turistas.
6. CALA DE SAN PEDRO (NÍJAR)
La cala de San Pedro, en la costa de la localidad de Níjar (Almería), es uno de los lugares de baño más escondidos del Cabo de Gata.
Se trata de una pequeña playa de arena fina y gorda rodeada de vegetación mediterránea que tiene una singularidad que atrea tanto a locales como a turistas.
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En esta cala situada al lado de Las Negras, vivien aislados y durante todo el año una pequeña comunidad de personas que ha construido allí su propio hogar abastecidos por una fuente natural de agua potable.
Además, si se visita la cala, no se puede dejar de ver el Castillo de San Pedro, una fortificación musulmana sobre la que se construyó en el Siglo XVI una torre de defensa. Un siglo más tarde se edificó una plataforma para artillería adosada a la torre que fue ampliada también en el S. XVIII.
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Acceso:
A la Cala de San Pedro solo se puede acceder en barca o a pie desde la playa de Las Negras.
Desde esta pedanía costera de Níjar se puede comprar un viaje en lancha hasta la cala o iniciar la ruta para llegar andando que tiene una duración aproximada de una hora.
7. CALA LA MAR MENUDA (TOSSA DE MAR)
En plena Costa Brava, la Cala la Mar Menuda es una de las calas más pequeñas de la localidad de Tossa de Mar (Gerona), aunque también una de las más bonitas.
La naturaleza ha hecho que esta pequeña cala de agua cristalina esté dividida en dos espacios: una playa de arena más espaciosa y un pequeño enclave rodeado por rocas, que forma la playa de pequeñas dimensiones que da nombre a la cala.
Además, la poca profundidad del agua y la arena blanca convierten a la Mar Menuda en una cala perfecta para disfrutar junto a toda la familia.
Acceso:
A esta pequeña cala de Tossa de Mar se accede caminando, puesto que está a escasos metros del centro de la localidad.
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