Echávarri acepta el centro vinculado a Ikea siempre que se reduzca

El alcalde de Alicante, Gabriel Echávarri, está dispuesto a sentarse a la mesa con Ikea «sin líneas rojas» para tratar por todos los medios de que la multinacional sueca se quede en la ciudad. Esto incluye, según señaló ayer, la negociación acerca del macrocentro comercial vinculado, al que no se opone frontalmente, como sus socios, pero que trabajará por reducir.

No va a permitir, asegura, el área comercial de 300.000 metros cuadrados y 400 tiendas que estaba prevista en Rabasa. «Ese macrocentro, no», dejó claro. Pero podrían llegar a algún acuerdo intermedio. «No hay líneas rojas, ni vetos», dijo.

Echávarri aseguró que no se ha mantenido ningún contacto con Ikea desde que Alicante Avanza solicitó desistir de la Actuación Territorial Estratégica de Rabasa, más allá de la carta que se le remitió en nombre de la Corporación para transmitir la disposición a reunirse en cuanto la multinacional quiera.

También negó que los suecos hayan dado un ultimátum al Ayuntamiento acerca de este macrocentro de tiendas medianas y de la ubicación, sí o sí, en Rabasa. Sobre la ubicación en Rabasa, señaló que el Ayuntamiento solo la aceptaría como último recurso para que se quede y si no hubiera «ni rastro de corrupción».

Todos están esperando a que la Conselleria de Vivienda, Obras Públicas y Vertebración del Territorio resuelva la ATE. Una resolución para la que pide celeridad, aunque, según le han comentado, está pendiente de que culmine el plazo de alegaciones que se ha dado a los afectados.

Mientras, dice, «no nos hemos sentado con ellos. No sabemos qué quieren y qué piensan y hasta que no se desvinculen de Alicante Avanza, creo que no va a haber contactos para que nos digan qué es lo que quieren, lo que piensan, dónde lo quieren y cómo lo quieren».

La única «constancia», apunta, es que Ikea «todavía» sigue «interesada» en Alicante y que «solo» contempla esa ciudad para instalarse en la provincia, por lo que le ofrecerá «todas las facilidades».