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Pilar M. Maciá
Domingo, 7 de agosto 2016, 00:44
El concejal de Cultura, Dani Simón, se reunió con responsables de Patrimonio del Ayuntamiento de Orihuela y técnicos de la Generalitat Valenciana para ver la posibilidad de devolver a la Vega Baja las antiguas puertas del órgano de la iglesia de Santa Justa, que se vendieron en 1969 y que ahora permanecen en el salón Felipe II del Castillo de Santa Bárbara. El edil oriolano salió contento de ese encuentro y precisó que «todos tenemos claro qué es lo que se pretende hacer, ahora falta determinar el cómo hacerlo», algo para lo que se han emplazado a seguir adelante con las conversaciones a partir del mes de septiembre.
Estas puertas son una obra en madera policromada que representa una escena religiosa. Se encargaron en 1734 por el entonces cura del templo Fernando Ximénez por 58 libras, 18 sueldos y 8 dineros a Antonio Perales, según los datos sacados de la transcripción realizada por el historiador oriolano Javier Sánchez Portas del documento de adjudicación de la obra que se guarda en el archivo parroquial de Santa Justa para un artículo de la revista de Moros y Cristianos de hacer varios años.
De cómo llegaron a Alicante es algo más «novelesco», como afirma el propio responsable político oriolano. Este elemento permaneció en Orihuela hasta 1969, cuando, por lo visto, el sacerdote que dirigía la parroquia decidió venderlas a un citado anticuario y éste a su vez colocó las dos que se conservan en Alicante, por un lado, y las otras por otro, que se desconoce.
Una historia curiosa
Las circunstancias que rodearon la venta de este bien llaman la atención en tanto que se produjo en un tiempo en el que la Diócesis acababa de trasladarse a Alicante, solo habían pasado diez años desde que el obispo abandonara la capital diocesana, y la iglesia de las Santas Justa y Rufina, hoy Monumento Nacional, todavía no tenía esa declaración. Faltaban tres años y de haber contado ya con ella habría sido imposible realizar la transacción.
Aunque probablemente la desaparición de las puertas no tendría tanta contestación social como la marcha del obispo, la operación llevada a cabo por el cura de Santas Justa y Rufina no estuvo bien vista entre los oriolanos de la época, y el concejal de Patrimonio sospecha que la acción llevada a cabo por el sacerdote pudo realizarse en esa fecha para evitar que llegara la declaración de BIC que protege tanto el edificio como su contenido y que a esas alturas ya debería estar en marcha.
El movimiento iniciado hace unas semanas en la página de 'Facebook' que gestiona Antonio José Mazón Albarracín, llamada 'Oriola. Vistas desde el Puente de Rusia', y los muchos comentarios que generaron las publicaciones relacionadas con este elemento mueble hicieron que el edil decidiera intentar mover el asunto y se puso en contacto con el Ayuntamiento de Alicante cuyo concejal de Cultura, Daniel Simón, de inmediato accedió a mantener el encuentro y a empezar a tratar el tema.
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