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Blanca Portillo durante una secuencia de la película 'Secuestro'. :: r. C.
Blanca Portillo se sale de madre

Blanca Portillo se sale de madre

Encarna en 'Secuestro' a una abogada que se salta las leyes por amor a su hijo

ANTONIO PANIAGUA

Viernes, 15 de junio 2018, 12:33

¿Es lícito que una madre haga cualquier cosa, incluso dentro de la ilegalidad, cuando está en juego la vida de su hijo? Este es el dilema ético que plantea 'Secuestro', un thriller de suspense interpretado por Blanca Portillo y Jose Coronado en el que se suceden los giros de argumento y que aborda el asunto de la maternidad desde un ángulo inédito. La propia directora de la película, Mar Targarona, se preguntó en su día si una mujer, dominada por un amor acendrado a su progenie, es capaz de saltarse todas las leyes si, por ejemplo, alguien secuestra a su hijo.

Partiendo de esa premisa, ha llevado a la gran pantalla ese conflicto, con el propósito de que surja en el espectador una desazón al quedar atrapado en las brumas de una atmósfera desasosegante. 'Secuestro', con guión de Oriol Paulo -autor de 'El cuerpo' o 'Los ojos de Julia'- cuenta la historia de una abogada de postín cuya vida comienza a tambalearse cuando su hijo, Víctor, desaparece del colegio sin dejar huella. El niño reaparece horas más tarde con algunas magulladuras al haber podido escapar. Pese a que la Policía detiene a un sospechoso, al poco tiempo lo pone en libertad debido a la falta de pruebas. Es entonces cuando la abogada, a quien da vida Portillo, decide tomarse la justicia por su mano.

Como el personaje de la película, Targarona reconoce que cuando tuvo su primera hija, a los 30 años, experimentó un amor abrupto tan poderoso que hubiera sido capaz de liquidar a quien se hubiera puesto en medio. «El poder de la maternidad es una fuerza de raíz casi sobrenatural, es un poder tan avasallador que se llegan a hacer cosas inimaginables», dice Targarona.

A Blanca Portillo le gustan los desafíos. Por fortuna para ella ahora ha tenido la oportunidad de poner a pruebas sus dotes interpretativas encarnando a una mujer aparentemente fuerte pero que, a medida que transcurre la historia, deja entrever sus flaquezas. «Cuando leí el guión me di cuenta de que era un personaje que había que trabajar de dentro hacia fuera, porque transitaba por un millón de estados de ánimo posibles. Por eso había que descubrirla poco a poco». A Portillo le repelía al principio ese personaje sin demasiados escrúpulos, pero luego se percató de que estaba muy lejos de ser esa mujer de temperamento rocoso e infalible. «Comienza siendo un bloque de hielo, pero en su centro arde un fuego: el amor por su hijo. En la película se habla de muchas cosas que están en el debate social, como la corrupción. Pero el público ha de saber que no es una historia de buenos y malos, sino de personas que cometen errores gravísimos», subraya la actriz madrileña.

La cinta, que se estrena este viernes, ha permitido el descubrimiento de un actor portentoso: Marc Doménech, un niño de once años que ha sorprendido a la protagonista por su capacidad de escuchar. «Ha sido una suerte milagrosa encontrarle. Entendió lo que es el cine a los dos días del rodaje. Queríamos a un niño que fuera realmente sordo, porque es muy difícil imitar el habla de una persona que no oye. Es un chico al que adora la cámara», añade la directora. Lo prodigioso de Doménech es que, además del lenguaje de signos, habla catalán, castellano, inglés, francés y un poco de italiano.

Antonio Dechent, acostumbrado por su físico a interpretar tipos duros, encarna esta vez a un policía concienzudo y profesional y que, a diferencia de otros muchos papeles, es un demócrata con una deontología profesional irreprochable. «En el cine he dado vida a todo el escalafón policial, e incluso a gran parte de los agentes de la Benemérita, y, por primera vez, no golpeo ni asusto a nadie. Es un policía de cuya vida privada no se sabe nada», dice.

Para Dechent, lo más destacado de la película son sus giros inesperados: «Mi personaje va a rebufo de los acontecimientos, se entera de las cosas al mismo tiempo que el espectador. Por eso mi mirada es la más limpia de todos». Como los hechos se van a enredando y derivan a una clima inquietante, la abogada no tiene más remedio que acudir a su antigua novio, Raúl, un hombre turbio, criado en la universidad de la calle y metido en negocios sucios. Raúl, en cuya piel se pone Jose Coronado, tiene por misión dar un escarmiento al sospechoso del secuestro.

El reparto lo completan Vicente Romero, Andrés Herrera, Macarena Gómez, Nausicaa Bonnín y Daniel El Rojo, con la colaboración de José María Pou. Macarena Gómez sostiene que, a pesar de que es muy conocida por el público por su vena cómica, le suelen ofrecer papeles dramáticos, sobre todo en los cortometrajes. «He interpretado los mejores papeles en cortos, quizá porque el director se arriesga más ya que no hay detrás tanta producción. Dicho esto, disfruto más haciendo drama, que me permite vivir una catarsis», dice.

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