José Vicente Pérez Pardo
Lunes, 5 de septiembre 2016, 00:55
Lokímica, la empresa responsable del control de plagas en la comarca de L'Alacantí, ha reforzado las inspecciones en el Casco Antiguo y la zona centro de Alicante después que en las últimas semanas hayan aparecido numerosas imágenes en redes sociales de roedores en esta zona, sobre todo en la calle Miguel Soler, tristemente famosa en este final de verano. Los técnicos de la empresa acuden ahora hasta tres veces por semana para comprobar edifico por edificio dónde puede haber más nidos de ratas, aparte del ya detectado, y que se espera eliminar esta semana, una vez que el propietario del edificio autorice a entrar y acabar con el núcleo. Allí donde pueden colocan cebos para evitar que aparezcan más.
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Hacer uso de los contenedores de basura y que las bolsas sean depositadas siempre dentro del horario indicado. (Entre las 21 y 23 aproximadamente).
No dejar basura fuera de los contenedores.
Depositar los residuos urbanos en el interior de las papeleras ubicadas para tal fin y nunca en zonas ajardinadas ni en solares urbanos.
Realizar actuaciones de control de plagas a través de una empresa especializada un mínimo de dos veces al año.
No alimentar a los animales en la vía pública y nunca dejar residuos ni alimentos en solares privados o áreas verdes.
Teléfono de la Mancomunidad de L'Alacantí o a través de su página web 'www.mancomunidad-alacanti.org' o en el mail 'info@mancomunidad-alacanti.org'.
whatsapp de UTE Alicante, empresa encargada de la limpieza y recogida de residuos.
Los técnicos recorren durante tres horas el Casco Antiguo y la zona centro, hasta Calvo Sotelo, fotografían y enumeran aquellos lugares susceptibles de estar infestados y los trasladan a la Concejalía de Sanidad para que, junto con la Mancomunidad, actúen. Precisamente esta mañana se reunirán con la edil de Sanidad, Sonia Tirado, para analizar los resultados de esta campaña iniciada la semana anterior.
La desratización ordenada hace 15 días ha multiplicado las actuaciones. En éstas, Lokímica comprueba si en las fachadas hay agujeros por donde puedan salir roedores, las trapas de las alcantarillas que estén cerradas y las trampas que se depositan en lugares concretos cada cierto tiempo, sobre todo de solares porque no pueden ponerlas en plena calle para evitar que mascotas o niños pequeños se puedan intoxicar.
Los 'puntos calientes' son los edificios abandonados y los terrenos donde sucios, donde la vegetación crece y ayuda a los roedores a evitar el calor, darles un lugar fresco donde puedan aguantar el día hasta la noche, cuando pueden moverse. Porque el verano, curiosamente, no es la estación de proliferación de roedores: «Con el calor no pueden moverse, la época de mayor actividad es el otoño, ahora están escondidos», explica una bióloga que realiza estas inspecciones con un operario.
Los operarios se encargan de entrar en los solares accesibles desde la vía pública, puesto que en las propiedades privadas y cerradas no están autorizados. Tan solo las marcan para que las autoridades reclamen al dueño la limpieza u obliguen a actuar y pasar después la factura, caso del de Miguel Soler. Cuando pueden entrar levantan la vegetación y, si hay movimiento, lo señalan: «Hay vida», dicen en su argot.
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Entonces, desprecintan una caja negra (que se puede apreciar en la imagen), que es la trampa para roedores que instalan en los solares donde pueden, en lugares accesibles para los roedores. Esta caja tiene dos entradas por donde se disparan las feromonas que atraen a los animales al interior, donde quedan atrapados.
La cantidad de edificios vacíos en el Casco Antiguo, y la proximidad a la zona verde de la ladera del Benacantil, hacen que este lugar tenga mucho peligro. Muchos inmuebles ni siquiera están tapiados, solo con la puerta cerrada y las ventanas con rejas, que dejan entrever en algunos casos miles de cascotes en su interior, perfecto para el escondite de roedores.
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De éstos, hay decenas en el Casco Antiguo, a los que hay que añadir los lugares donde se deposite comida para los gatos. «Una vez que se van estos animales, la comida va fermentándose, ahora más con el calor, por lo que las ratas acuden allí», advierte la bióloga, por lo que recomienda a estas personas que, en todo caso, lleven pienso seco o retiren a las dos horas los recipientes. Por eso, acuden a los contenedores de Miguel Soler, pegado a la fachada del edificio donde está el nido. La Concejalía de Medio Ambiente los retira por el día , el problema es que a la noche los vuelve a poner y vuelven a salir las ratas, que estarán hasta que se actué en el punto en cuestión.
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