J. A. MARRAHÍ
Jueves, 8 de septiembre 2016, 01:58
ALICANTE. Una cadena de incendios más que sospechosa. La zona entre Bolulla y Callosa d'En Sarrià donde se declaró el fuego que alcanzó la Sierra de Bérnia ha sufrido siete fuegos de menor magnitud a lo largo de este año. Y lo más sorprendente es que el último de ellos, previo al gran incendio forestal, se declaró el sábado de madrugada, sólo unas pocas horas antes. «Mucha casualidad», valoró el delegado del Gobierno en la Comunitat, Juan Carlos Moragues, dejando entrever una posible intencionalidad en el origen del fuego. El lunes, el alcalde de la localidad se refirió a una barbacoa como una de las hipótesis.
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Más allá del origen, que investiga la Guardia Civil y agentes de Medio Ambiente, los más de cien efectivos que trabajaron en el lugar durante la noche y la mañana consiguieron estabilizar el fuego. Además de su esfuerzo, se aliaron las condiciones climáticas, que dieron una tregua con temperaturas nocturnas de unos 20 grados y una humedad ambiental que ascendió al 60% después del desplome del lunes y el martes.
Según las primeras estimaciones, las llamas han arrasado unas 600 hectáreas. «Un evidente desastre ecológico medioambiental y contra el patrimonio», sentenció Moragues. El incendio avanzó por Bolulla, Callosa d'En Sarrià y Tàrbena hasta acariciar el término de Xaló. El importante enclave de las Fuentes de l'Algar, de gran atractivo turístico, se ha salvado por muy poco. El fuego ha carbonizado las pinadas y ha arruinado el paisaje. Los cien desalojados ya han podido regresar a sus hogares.
Casi como una maldición, otro incendio se declaró el martes por la noche en Callosa d'En Sarriá, cerca de La Nucía. Fue sobre las 21 horas, en una zona de cañar del cauce del río Guadalest. El fuego, a causa de una quema negligente, afectó a una superficie aproximada de 6.000 metros cuadrados.
Desalojos por el humo
Según indicaron a Europa Press fuentes del ayuntamiento, afectó a las partidas de Algepsa, Pesauro y Barranc Salat. A causa de la gran humareda que se formó en los instantes iniciales fue necesario desalojar a los vecinos de cinco casas de campo próximas, pero se autorizó el regreso de los residentes a última hora de la noche del martes.
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Ante semejante oleada de incendios con la mano del hombre como principal hipótesis, el miedo se ha instalado entre los vecinos y autoridades de La Marina. El Ayuntamiento de l'Alfàs del Pi organizó ayer una reunión con la Guardia Civil y policías locales del pueblo y de Benidorm para reforzar la seguridad ante incendios en otro enclave de gran valor: el parque natural de la Serra Gelada. El objetivo, indicaron fuentes municipales, «extremar la vigilancia» por la posible «intencionalidad» de los fuegos.
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