I. HERRERO
Viernes, 23 de septiembre 2016, 00:41
El plazo dado por la patronal autonómica Cierval para reformar su modelo -31 de octubre- se acerca y, con él, crece la urgencia de convencer a las patronales de Alicante (Coepa) y de Castellón (CEC) de que respalden la hoja de ruta propuesta, que implica ceder el poder de las provinciales a los sectores.
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Sin los votos favorables de las tres provinciales, no hay reestructuración posible, ya que la modificación de estatutos planteada exige el acuerdo de las tres cuartas partes de la Asamblea General de Cierval -en la que la CEV ostenta un 41,33%, Coepa un 32,33% y la CEC un 26,33%-.
El Comité Ejecutivo de Cierval examinó ayer la marcha del proceso que expuso en junio su presidente, José Vicente González, y que tiene como hito fundamental la fusión con la CEV, la única saneada, para salvarse del concurso. Sólo el entonces presidente de la CEC, José Roca, y su número dos, Rafael Montero, se opusieron a trabajar sobre el borrador y buscar un consenso antes de noviembre. Alicante se abstuvo.
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