Bernat Sirvent
Viernes, 23 de septiembre 2016, 00:41
La sequía, voraz en todas y cada una de las comarcas alicantinas, en las que hasta varios municipios de la Marina (zona de tradicional regularidad en el registro de lluvias) han tenido que recurrir a camiones cisterna este verano para el suministro público, ya está siendo cuantificada económicamente por los agricultores. La Unió, con representación en las tres provincias, asegura en un informe emitido ayer que las pérdidas directas se elevan este año a 40 millones de euros, cifra que podría verse incrementada de modo notable si no llueve en las primeras semanas del recién estrenado otoño.
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La cifra de pérdidas se eleva a 165 millones en el conjunto de la Comunitat Valenciana. La organización que dirige Ramón Mampel solo evalúa las pérdidas directas en la agricultura y el sector apícola. No se incluye el sector ganadero, que también sufre sobrecostes con los piensos debido a la ausencia de pastos. Las mermas se dan tanto en regadío como en secano. En el primer caso, por el encarecimiento de los costes de explotación al tener que dotarse de más riegos y más tratamientos contra plagas, así como labores adicionales de aclarado para que el fruto final tenga cierto calibre comercial. En el caso de secano, los efectos se dan en una caída de hasta el 50% en la recolección en algunos cultivos y en la muerte o casi del arbolado.
El cultivo más afectado es el de cítricos por su mayor superficie, producción y volumen económico. La Unió calcula una pérdida de 18,5 millones a día de hoy. Más costes energéticos para poder regar, más tratamientos fitosanitarios por la intensidad y proliferación de plagas y el necesario claro para obtener frutos de mayor calibre. A continuación, el olivar pierde ya unos 11,6 millones por reducción de producción por los golpes de sol de la primera semana de septiembre, que arruga el fruto de las plantas más débiles e incluso lo ha expulsado. En la viña para vinificación, se prevén 3,7 millones de pérdidas por menos peso recolectado por planta. La almendra también se enfrenta a una merma en origen de 4,2 millones por el efecto de la sequía en la producción final y el calibre del fruto seco.
La Unió también habla de pérdidas generalizadas en los cereales en todas las comarcas alicantinas con mermas entre el 20% y el 50% respecto a una campaña normal. Casi 1 millón de euros menos de facturación. Los frutales sufren de modo similar a los cítricos, con más coste para el riego y tratamientos fitosanitarios. Otros 700.000 euros menos. También incide la sequía en las hortalizas, con menos calidad por las altas temperaturas.
La Unió aprovecha que hoy se aprueba la prórroga para el decreto de sequía, como ayer ratificó en Altea la ministra García Tejerina, para pedir una convocatoria urgente de la comisión de seguimiento de la sequía y ayudas directas del Estado.
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