J. A. / F. R. / F. A. / P. M. M.
Lunes, 19 de diciembre 2016, 10:28
El temporal que desde el pasado sábado barre todo el sureste peninsular azotó ayer con especial virulencia a la Vega Baja. Las fuertes precipitaciones dejaron la comarca al borde del colapso con varias carreteras cortadas, entre ellas la AP-7 y la N-332 a la altura de Pilar de la Horadada, y un río Segura crecido a la entrada de Orihuela por el torrente que llegaba de Murcia, lo que hizo saltar las alarmas cauce abajo y a Emergencias preparar un plan para evacuar a los 500 vecinos del barrio de Mariano Cases en el momento en el que se desborde el río. Puesto que la alerta por lluvias torrenciales persiste hoy, 25 municipios de la provincia, casi todos de la Vega Baja, han suspendido las clases en Infantil, Primaria y Secundaria.
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Una de las poblaciones más afectadas fue Orihuela, que no quitó ojo desde primera hora de la mañana al río, que en más de una ocasión ha sobresaltado a los vecinos con inundaciones y crecidas que hasta ayer eran cuestión de recuerdos como las fatídicas riadas de mediados de los años ochenta. Desde primera hora se activó el protocolo contra inundaciones porque el augurio de la madrugada del sábado se cumplió con creces y el Ayuntamiento movilizó todos los servicios de emergencias coordinados a través del mando coordinado del Cecopal, que estuvo todo el día reunido en las dependencias municipales con efectivos de protección Civil, Policía Local y Nacional, Bomberos y Guardia Civil, además de los representantes de Cruz Roja.
En torno a las once de la mañana la alerta pasó a nivel 1 por las dimensiones de la crecida del río, que a esas horas marcaba un nivel de 3,70 metros que se superaba conforme avanzó la jornada. A esa hora la afección ya era visible en pedanías como El Escorratel, donde el agua llegaba a media altura de los coches y la huerta era incapaz de absorber las precipitaciones. Ante este panorama, el corte de carreteras no se hizo esperar y la N-340 a la altura de La Aparecida y en la entrada a la ciudad por el Palmeral quedaron cerradas al tráfico porque la Avenida Doctor García Rogel estaba impracticable. Hechos similares ocurrieron en otras como la que comunica el casco urbano con Torremendo o la carretera de Molins a Bigastro o el Camino de Enmedio en dirección a Desamparados, pedanía colindante con Beniel donde a las 13.00 horas el caudal del Segura alcanzó los cien metros cúbicos por segundo.
La tónica general fue calles anegadas y los servicios de la empresa Hidraqua redoblando esfuerzos para aliviar los imbornales y que fueran capaces de tragar el agua, sobre todo los del casco histórico que recogen el agua de lluvia de las laderas del Monte de San Miguel. Del achique no se libró ni el Colegio Santo Domingo ya que l monumento nacional también sufrió el efecto del agua acumulada en sus claustros a la que hubo que darle salida. El diluvio era preocupante pero acaso lo fue más la crecida del Segura, cuyo caudal no paró de aumentar durante toda la jornada y a las cinco de la tarde la mediciones fijaban el nivel en cuatro metros y medio en el centro de Orihuela. La alerta y los ojos, no obstante, estaban puestos en el Reguerón, el canal del Segura que sirve de aliviadero a este y que era incapaz de soportar la masa de agua. Con un Reguerón a plena capacidad la prioridad era ver la evolución en zonas como Correntías o Molins, en la salida del cauce aguas abajo, y sobre todo en cómo iba a poder resistir el Barrio de Mariano Cases, que fue donde se volcaron los dispositivos de emergencias en previsión de una posible evacuación de los vecinos de esta partida rural pegada a él en la entrada al término municipal por el lado murciano.
El concejal de Emergencias, Víctor Valverde, compareció a primera hora de la tarde para hacer un primer avance de la situación en la que se encontraba Orihuela, y destacó que la lluvia, pese a su persistencia, era menos importante que el agua que bajaba desde Murcia, lo que había obligado a apostar maquinaria en pasarelas sobre el río en el Reguerón a su paso por Hurchillo y también en Molins donde se afanaban por dejar expedito el cauce de cañas y todo tipo de elementos arrastrados. El edil informó que se había desalojado a algún vecino con movilidad reducida en La Campaneta o el Raiguero y que se pensaba habilitar el colegio de Hurchillo como albergue de emergencia en caso de tener que evacuar a los vecinos de Mariano Cases, medio millar en total. Al cierre de la edición, los vecinos seguían en sus casas aunque sin quitar la vista al cauce.
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Poco a poco la situación se hizo más complicada y en torno a las seis y media de la tarde fue el alcalde, Emilio Bascuñana, el que dio los últimos datos de incidencias. En previsión de tener que hacer desalojos en el barrio más afectado se optó por centrar el albergue para acogerlos en el Colegio Virgen de la Puerta y no en el de Hurchillo así como el Seminario estaba también alerta por si era necesario usarse como aloamiento principal. El alcalde precisó que a las 19.00 horas el caudal llegó a los 5,40 metros con una cantidad acumulada de 130 litros por metro cuadrado y que todas las atenciones y el grueso de los efectivos estaban centrados en ver la evolución del caudal en el Barrio de Mariano Cases sin menoscabo de vigilar otras zonas aguas abajo como el de San Pedro o Molins. En torno a las nueve de la noche en el primero el agua comenzó a saltar por encima de los muros de hormigón de la canalización del Segura y los ojos siguieron puestos durante toda la madrugada en ver la evolución del agua.
La afección de las lluvias también se notó en la costa oriolana donde el temporal marítimo engulló parte de las playas y provocó inundaciones en pasos por debajo de la N-332 como los de Playa Flamenca, rotura de mobiliario y corte de calles en diversas urbanizaciones del litoral. Orihuela no fue la única población afectada. En Pilar de la Horadada la lluvia no dio tregua durante la madrugada y de nuevo por la mañana el cauce urbano de la rambla canalizó parte del agua procedente del campo. Los problemas se ocasionaron en la zona de Avenida de La Venta donde los vecinos quedaron aislados por el agua y la Policía Local tuvo que cortar el tráfico en Barrio de La Almazara, Torresegura y la zona del campo de fútbol. En las inmediaciones del polígono industrial de Cañada de Praes también se impidió la circulación de vehículos así como en los rebajes de la rambla y su confluencia con la calle Mayor. El cuerpo de seguridad municipal pidió que no se cogieran los vehículos salvo en caso de necesidad y que en todo caso se extremaran las precauciones a la hora de circular.
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Guardamar cierra Babilonia
En Rojales la avenida llegó a superar lo 5,6 metros de altura. El temporal en el litoral no fue menos puesto que el Ayuntamiento de Guardamar del Segura cerró el acceso a Playa Babilonia. Otros municipios ubicados por debajo del nivel del mar como Dolores o Almoradí miraron de cerca la crecida de azarbes y acequias. El único incidente se produjo en Callosa de Segura donde se desplomó el techo de una antigua casa en la calle Bano. La Rambla desaguó las precipitaciones con normalidad y solo el azarbe de la huerta Millanares se desbordó. Las pedanías de la huerta fueron los puntos más afectados por las inclemencias meteorológicas. En la localidad vecina de Catral el Azarbe de La Partición se colapsó colindando con el término municipal de Crevillente. Las mejoras acometidas en la red de pluviales han evitado en esta ocasión que los bungalós del centro acumularan agua como ocurría hasta hace unos años.
La sierra de Albatera también acumuló grandes cantidades de agua pero los barrancos y ramblas evacuaron los caudales hacia zonas más bajas como El Hondo. En el municipio de Los Montesinos la Policía Local cerró la CV-940, al igual que el enlace entre Algorfa y Benejúzar. En esta última población el agua bajaba con gran virulencia cuando la lluvia cayó con más intensidad. Caso aparte fue el rescate que la Policía Local de Almoradí y los bomberos acometieron en una vía de servicio de la CV-91 donde el conductor de un todoterreno se adentró en el torrente que llegaba desde la parte más alta de Algorfa.
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En la segunda jornada del temporal Torrevieja registró lluvias de más de 90 litros por metro cuadrado, viviéndose momentos de gran intensidad en torno al mediodía, provocando que se anegaran calles y plazas y dejando grandes daños materiales especialmente en las playas que prácticamente se quedaron descubiertas de arena. El temporal dejó imágenes insólitas como en la playa del Acequión, en el interior del Puerto de Torrevieja, donde el agua hizo desaparecer la totalidad de la arena y llegó a alcanzar la entrada de los edificios que hay alrededor de la misma. La fuerza del mar se dejó notar especialmente en la zona de las calas, con grandes olas que traspasaban los acantilados hasta tierra, lo mismo que en la zona del Paseo Marítimo de Juan Aparicio, el cual también se vio cubierto de agua del mar, en una estampa que no se recordaba desde la remodelación de este espacio en 1999. Se produjeron inundaciones en distintas vías como la Avenida de Delfina Viudes, junto a las instalaciones deportivas, en la Avenida de las Cortes Valencianas, en la Carretera N-332 en el acceso a La Mata por el vial de Servicio y la Avenida de los Europeos, así como algunas calles del casco urbano. La gran acumulación de agua obligó al corte de la N-332 a la altura de La Mata en dirección a Alicante.
Las fuertes rachas de viento soplaron con gran fuerza durante toda la jornada y ya entrada la noche de ayer continuaban, junto con una fina lluvia que a rachas era de gran intensidad. Como consecuencia del viento fueron derribadas vallas metálicas de solares e incluso algunas con muro de obra, frente a la zona deportiva. El tendido eléctrico también se vio afectado en algún punto muy concreto, en el que hubo que asegurar algún tramo de cableado. Una farola se cayó en la playa de Los Locos, también cayeron ramas y árboles, uno de ellos en la rotonda de acceso a la N-332 cerca del Parque de las Naciones.
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En Elche el viento también derribó una torre de publicidad de grandes dimensiones, aunque sin causar daños personales.
En el mar siguieron los vientos huracanados con rachas que superaron los 70 kilómetros en el sur de Alicante y olas de hasta 4 metros de altura. Muchos paseos y playas han sufrido desperfectos.
La cala Granadella, en Xàbia, se tiñó de negro por una riada en la carretera de acceso que acumulaba barro y restos de ceniza del incendio de finales de verano. La avenida formó un viscoso lago negro entre las rocas del entorno costero.
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Más de una veintena de poblaciones de la Comunitat Valenciana -la gran mayoría de ellas en la comarca alicantina de la Vega Baja-- no tendrán actividad escolar este lunes, 19 de diciembre, a causa del temporal de lluvia que afecta a esta autonomía, ha informado la Generalitat Valenciana.
En concreto, las localidades donde se ha decidido suspender las clases son Torrevieja, Dolores, Almoradí, Orihuela, Benejúzar, Jacarilla, Rafal, Algorfa, Catral, Rojales, Cox, Bigastro, Redován, Granja de Rocamora. Callosa de Segura, Guardamar del Segura, Montesinos, San Isidro, Daya Nueva, Pilar de la Horadada y Albatera, todas de la comarca de la Vega Baja. Tampoco se abrirán las aulas en Elche, Santa Pola, Altea, Xàbia y en el municipio valenciano de Benimuslem (Ribera Alta).
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Asimismo, se suspende también la actividad en centros concretos de otras poblaciones, como son La Cañada del Fenollar, partida de Alicante, que se encuentra en aulas prefabricadas y situado en una rambla. El único centro universitario que ha decidido suspender las clases es el CEU de Elche.
La administración ha dispuesto una serie de centros en los que esta mañana habrá técnicos de Ciegsa y de empresas, por si surge alguna problemática en caso de lluvia extrema. En la provincia de Alicante acudirán al colegio nº 18 en Orihuela; El Bracal en Muro de Alcoi; el IES Pere Maria Orts en Benidorm; el colegio Gual Villalbi en La Xara Dénia; SES del IES La Encantà en San Fulgencio y dos colegios ilicitanos, el colegio La Paz de Torrellano y el Mestre Narciso Merino en Las Bayas.
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La Conselleria de Educación anunció ayer que denunciará ante Fiscalía un falso comunicado, con su sello y la presunta firma del secretario autonómico, que circuló ayer por las redes sociales y que anunció la suspensión de clases en los colegios de la Comunitat como consecuencia del temporal registrado este fin de semana.
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