P. M. MACIÁ
Sábado, 31 de diciembre 2016, 01:02
A falta de madurar lo ocurrido y reunirse para hacer balance del año y medio que PSOE e Izquierda Unida han llevado las riendas del Ayuntamiento de Almoradí, los seis integrantes del equipo de gobierno capitaneados por Jaime Pérez Pacheco y María Jesús Pérez Galant comparecieron ayer para hacer la primera valoración de una moción de censura que aseguraron que no está motivada y que achacaron al hecho de que «hay buena sintonía con la sociedad, vamos adelante y para el PP y para Ciudadanos probablemente suponía una amenaza», afirmó la portavoz de IU. Pérez Pacheco admitió que esperaban que esto sucediera sobre todo desde el pasado mes de febrero cuando se rompieron las conversaciones con Ciudadanos después de que esta formación no permitiera aprobar el presupuesto para el 2016. En todo caso el todavía alcalde aseguró que al grupo que lidera María Quiles se le ofreció hasta ese momento «todo, incluso que asistiesen a la Junta de Gobierno con voz y voto, pero dijeron que no querían estar». El socialista sacó a la luz los intentos de acuerdo con ofertas de alcaldías rotativas y precisó que de los 28 puntos para la gobernabilidad que firmaron en su momento con el partido naranja «más de la mitad están cumplidos», por lo que la decisión no les pilló de sorpresa al negarse a cualquier acercamiento «y ellos estaban en su derecho a volver al sitio de sonde salieron», indicó Pérez Galant en referencia al hecho de que María Quiles fue en su día concejal del PP y luego abandonó el partido para pasar a Ciudadanos.
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Los concejales de PSOE e Izquierda Unida considerar «poro creíble», como calificó Abelardo Muñoz la postura de Ciudadanos, «porque primero apostaron por un cambio del que vendieron que ellos eran el motor y desde el primer momento han estado hablando con un PP al que le quitaron la posibilidad de gobernar para ahora volver a dársela», algo que el edil dijo que tiene «poco sustento».
Desde el bipartito de izquierdas se defendió la gestión económica y Jaime Pérez indicó que si se tuvo que hacer un plan de ajuste fue por la «herencia del PP» que recordó, como ya hizo hace meses, que invirtió los remanentes del 2014 sin imputar esos gastos al presupuesto del 2015 «y tuvimos que tomar cartas en el asunto cuando nos lo encontramos». Asimismo afirmó que en el cajón se encontraron con 350.000 euros en sentencias sin pagar que se ha quedado a medio negociar con los beneficiarios para hacer un plan de pagos y con respecto al Plan General «me parece curioso que ellos digan que está estancado cuando han pasado trece años sin hacerlo». En este sentido el concejal de Urbanismo, Alejandro Lorenzo, aseguró que en el último año y medio se han hecho más comisiones de urbanismo que en todo el mandato anterior y que el documento estaba pendiente de un informe jurídico que se pidió en el mes de junio, «lo demás han sido trabas para intentar que no saliera un documento en el que se ha buscado el consenso para sacarlo a exposición pública». La responsable de Fomento, Adela Caracena, también quiso salir al paso de las acusaciones sobre la supuesta mala relación del Ayuntamiento con colectivos del municipio y negó la mayor al tiempo que recordó que Almoradí no ha perdido ningún evento en el tiempo de gobierno de su equipo.
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