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José Francisco Varón muestra dos de las maquetas de Almoradí.
Monumentos de palillo y témpera

Monumentos de palillo y témpera

El artista José Francisco Varón recrea los edificios más singulares de la localidad

Fernando Amat

Lunes, 16 de enero 2017, 01:06

La La Ruta Larramendi de Almoradí se puede realizar dentro de un salón de casa gracias al artista José Francisco Varón, que ha recreado los edificios más insignes del municipio con paciencia y a base de palillos de helado. Un trabajo de marquetería para el que ha sido autodidacta y que ya ha expuesto en el salón principal del Casino de la localidad.

A las maquetas se le pueden abrir y retirar los techos para poder verlas por dentro. No falta detalle a cada pieza: la iglesia parroquial de San Andrés, el Teatro Cortés, la Capilla de la Cruz de los Caídos y el antiguo Hospital con su capilla adjunta. Esta afición le viene a Varón de hace unos cuatro años cuando comenzó a recrear los monumentos más importantes de Yecla, ciudad donde residía. Siguió con monumentos de Alicante y acabó con los de su pueblo natal, a petición de sus amigos de toda la vida.

La paciencia es el principal arma de este artista autodidacta que recrea espacios cerrados con fachadas idénticas y también con interiores a modo de casas de muñecas, pero con más detallismo. Solo las formas curvas se le resistían, pero halló la manera de crear cúpulas y capillas. El trabajo de carpintero minimalista precede al de pintor, porque cada pieza recrea el color de la original. Para ello, reconoce que «tengo que realizar muchas pruebas de color antes de comenzar a pintar».

Cada reproducción le supone a este profesor jubilado entre tres y cuatro meses de trabajo. El proceso es laborioso, porque primero toma fotografías desde todos los ángulos posibles del edifico que va elaborar. Una vez con el diseño en la cabeza comienza a cortar y medir trozos de palos de helado que compra en Jijona en grandes cantidades. Una vez que tiene la estructura y la fachada desarrolla el interior de la manera más fielmente posible, si se trata de una iglesia pega fotos de los pinturas, y si trabaja en un teatro recrea las butacas, el escenario y hasta el decorado.

El antiguo del colegio de Los Salesianos de Alicante decidió comenzar con la ciudad de Yecla porque «tiene muchos monumentos y se conservan bien, tanto la iglesia como el castillo». Cada maqueta realiza diferentes cálculos para ajustarla a una base de madera, pero siempre «intento ajustarla a la realidad».

En su obra también dispone el Teatro Principal de Alicante, el Museo Arqueológico Provincial y la plaza del Ayuntamiento alicantino, ciudad en la que reside. Asegura que ya ha realizado tres exposiciones en las tres ciudades ligadas a su vida, y que va a seguir con nuevos proyectos porque «ni me gusta ir a jugar la partida al bar ni me veo paseando perros, prefiero hacer algo productivo».

En su trabajo diario a base de ensayo y error ha aprendido a realizar los palcos de los teatros. «Es muy difícil dar una curvatura a un palillo de helado», si bien con el paso de los años ha aprendido a realizar cúpulas y otros interiores curvilíneos.

Como homenaje a su ciudad natal quiso incluir en el interior del antiguo hospital las dependencias que tenía antes. Así en la primera planta se encuentra la vetusta biblioteca donde estudió y arriba las oficinas que se utilizaban. Con añoranza recuerda que «siempre quisimos saber qué había dentro de la capilla de los Girona que está al lado, porque antes no se abría nunca», relata el almoradidense. Ahora la misma capilla forma parte de la ruta monumental del municipio e incluso se abre para la celebración de bodas.

En este edificio en concreto José Francisco se acordaba de forma perfecta cómo se encontraba hace más de cuarenta años, pero en el caso del Teatro Cortés tuvo que visitarlo porque no había entrada después de su reforma integral.

En cuanto al color que le da cada pequeño monumento tiene también su complicación. «Mi amigo pintor José Solera me preguntó cómo sacaba algunos tonos». La pintura en los palillos de madera se oscurece y en las piezas que recrean madera el color se queda como una pieza envejecida que realza más el interior de cada una de ellas.

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