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C. C. / EFE
ALICANTE.
Miércoles, 26 de febrero 2020, 00:35
Cerca de 2.000 agricultores y 400 tractores tomaron ayer el Medio Vinalopó para protestar por el déficit estructural que sufre el sector primario en una manifestación que se une a la corriente de protestas a nivel nacional. Además, en la provincia de Alicante hay que añadir la escasez de agua, que en encarece su coste. La tractorada recorrió varios municipios y provocó el corte de la autovía A-31 en dirección a Madrid, con el correspondiente caos circulatorio en una de las principales arterias de acceso a la capital.
El corte de uno de los sentidos de la autovía A-31 entre Novelda y Monforte del Cid se prolongó alrededor de una hora en una manifestación que se centraba en exigir la subida de los precios en origen. Los productores aseguran que está en riesgo la supervivencia del sector primario y que sus hijos ya no quieren seguir sus pasos.
Previamente al corte de la A-31 tuvo lugar una concentración con alrededor de 400 tractores en la partida de El Fondonet de Novelda, de ahí se movilizaron hasta Monforte del Cid y a otros pueblos. Después, una pequeña parte de los vehículos fueron los que entraron a partir de 13 horas en la autovía. «Creemos que estas protestas están sirviendo para concienciar a la sociedad de la importancia del campo», comentó uno de los presentes.
La protestaba fue convocada por todas las asociaciones agrarias de la provincia y congregó a agricultores de varias comarcas. El presidente de Asaja Alicante, Eladio Aniorte, manifestó que el «campo no tiene aguante» porque vende los productos más baratos que hace veinte años cuando los costos son tres veces superiores. Auguró que no habrá relevo generacional en esta situación de déficit estructural, por lo que exigen «leyes que protejan a los agricultores como un sector estratégico». Para Aniorte, uno de los principales problemas radica en que dentro de la cadena de producción «sólo gana dinero el último, el que vende».
Un responsable de La Unió Llauradors, Carles Peris, se mostró confiado en que se produzca en una «reacción contundente» del Gobierno con mejoras de las políticas agrarias. «Necesitamos un Gobierno más ambicioso en Bruselas para evitar convenios internacionales ventajosos con países que siguen normas sanitarias menos estrictas. Y también para que luche contra la influencia de los oligopolios agroalimentarios que dirigen ahora la legislación comunitaria», afirmó.
Un agricultor de la uva de mesa del Vinalopó, Eugenio Díaz, lamentó que la situación está «muy mal» ya que hay «precios imposibles» para que sus negocios sean rentables. De hecho, muchos de los productores están abandonando sus viñedos en los últimos meses. Ayer mismo uno de los manifestantes portó un ataúd con restos de viñedo en su interior.
«Nos cuesta entre 50 y 60 céntimos de euro producir un kilogramo de uva y nos pagan de 15 a 20. Es un fracaso porque no tenemos ni para pagar las deudas. Esto es una ruina», resumió el productor de uva antes de insistir en que necesitan «precios justos», ya que el agua y los insecticidas les cuestan «una fortuna».
Jorge Juan Mascaró, de la ejecutiva del sindicato Coag, explicó que los agricultores salen a las calles porque trabajan por debajo de los costes. «No podemos resistir y no se puede vivir», dijo. Según el agricultor, los intermediarios «no pueden seguir ganando tanto» y la cadena alimentaria «no debe vender por debajo de costes». Con todo, ayer salieron a las calles en Alicante, Sevilla y otros puntos de la geografía española. La pasada semana, de forma histórica en Valencia. Y anuncian que seguirán.
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