Los alcaldes alicantinos vacunados se resisten a dimitir

Ninguno de los alcaldes alicantinos que han sido vacunados contra la Covid-19 ha presentado su dimisión. Todos se aferran al cargo a pesar de haber recibido la primera dosis antes que la gran mayoría de ciudadanos. Una conducta egoísta que centra la actualidad estos días y que está siendo censurada por la población castigada por la pandemia.

El primer edil de El Verger, Ximo Coll, se niega a dimitir. Igual que su mujer, Carolina Vives, alcaldesa de Els Poblets. Ambos son del PSPV. Su excusa cuando el escándalo salió a la luz pública fue que “sobraban dosis” y no querían desperdiciarlas. En ambos casos, los partidos de la oposición en estos municipios alicantinos, como PP y Compromís, han exigido que abandonen sus cargos públicos. Algo que no ha ocurrido. De hecho, les llevó varios días pedir perdón a la sociedad.

Un caso similar es del alcalde de La Nucía, Bernabé Cano, del Partido Popular. Fue el propio PP de Alicante quien hizo pública su vacunación, argumentada en que ejerce como médico en el equipo de fútbol del pueblo. Una explicación que parece haber convencido a pocos. De hecho, el líder del PP alicantino, Carlos Mazón, le dejó sin competencias como diputado provincial. Cano no ha dimitido ni tampoco se ha manifestado al respecto y la oposición (en este caso, socialista) también clama al cielo.

La última dirigente alicantina en admitir que ya la han vacunado ha sido la edil de Sanidad de Dénia, Cristina Morera, del PSPV. Ha explicado que aceptó la dosis tras la renuncia de un voluntario. En este caso, este mismo miércoles ha presentado su dimisión de forma irrevocable. En rueda de prensa, ha confirmado entre lágrimas su renuncia al cargo municipal y ha subrayado que "fue un error", al tiempo que ha recalcado que "seguía instrucciones que pensaba que eran adecuadas".

La Conselleria de Sanidad investiga todos estos posibles casos de vacunación irregular.