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Sábado, 19 de octubre 2019, 01:18
Un abogado y amigo de la familia Sala explicó ayer, en su declaración como testigo en el juicio que se sigue por la muerte de la viuda del expresidente de la CAM, que aconsejó a María del Carmen Martínez que buscara una empresa de seguridad para protegerse, ya que la víctima tuvo conocimiento de que «alguien» había entrado en su habitación y había tomado fotografías de papeles privados importantes. «Ella me insistió en que esa intromisión no la había realizado una persona de la familia», mantuvo el testigo en su declaración ante el tribunal que juzga al yerno de la víctima, Miguel López, único acusado de matar de dos tiros a su suegra en diciembre de 2016 en el concesionario que regentaba.
El amigo de la familia reveló ayer que María del Carmen Martínez le explicó que la dinámica familiar «estaba siendo auspiciada por elementos externos». En cuanto al control del holding empresarial, el letrado declaró en la quinta sesión del juicio que el hijo de la víctima, Vicente Sala, se negó con un «ya es tarde» a que su madre llegara a un acuerdo con sus hermanas para desactivar la situación de crisis que vivía la familia.
El testigo manifestó que la redacción del decálogo incluía la eliminación de la acción de oro, ya que incluso era una figura cuestionada por la Unión Europea. Finalmente, María del Carmen Martínez no entregó el acuerdo a las hijas.
A Miguel López, marido de la hija pequeña de la víctima, se le acusa de ser el autor material de los dos disparos en la cabeza que acabaron con la vida de su suegra, el 9 de diciembre de 2016, cuando la mujer fue a recoger su vehículo al concesionario de coches Novocar, que entonces él regentaba.
Por su parte, el dueño de un establecimiento de compra-venta de coches, con el que Miguel López mantuvo una relación comercial durante cerca de 20 años, dijo ayer, a preguntas del fiscal, que el 9 de diciembre, día del crimen, reconoció en el concesionario a dos personas, que por la mañana habían acudido a su negocio a comprar un coche. «Uno de ellos era un viejo conocido, que me robó unas baterías de mi establecimiento», afirmó, aunque precisó que nunca le llegó a denunciar.
Sobre su relación con López, relató que habitualmente todos los viernes acudía por la tarde a Novocar a cumplimentar los trámites de alquiler y compra-venta de los vehículos. La tarde del crimen acudió para recoger la documentación de dos coches y cuando quiso hablar con Miguel López vio que estaba con unos clientes. También reveló que entre agosto y diciembre de ese año él y su mujer, que era quien hacía «los papeles», mantuvieron con el acusado hasta 232 conversaciones telefónicas, una de ellas el mismo día del crimen.
Por su parte, una amiga de la familia, relató a preguntas del fiscal que en el tanatorio y a propósito de la declaración de Vicente Sala a la policía, Miguel López le dijo que esperaba que su cuñado «fuera prudente», ya que en la familia había conflictos «como en todas» y que lo que todo el mundo sabía es que su suegra «había perdido la cabeza». Una frase que, para la testigo, «traspasó todos los límites» ya que a escasos metros estaba el cuerpo de María del Carmen. De Miguel López, con quien la testigo dijo que se llevaba «muy bien», declaró que «le gustaba ser el protagonista y el centro de la reunión». El juicio se reanudará el lunes con más testigos.
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