

Secciones
Servicios
Destacamos
EFE
ALICANTE
Viernes, 18 de diciembre 2020, 14:37
La Audiencia de Alicante ha condenado a once años de prisión a un hombre de 41 años por abusar sexualmente de manera continuada de su propia hija a lo largo de siete años en su domicilio familiar de Alcoy.
Los hechos enjuiciados se produjeron desde que la víctima tenía nueve años, entre 2009 y 2016. Fue en ese momento cuando la joven decidió actuar y contar a su hermana menor la situación a la que se encontraba sometida para pedirle que se lo comunicase a su madre, quien presentó la denuncia contra el acusado, de origen ecuatoriano.
En la sentencia, el tribunal de la Sección Primera considera probado que el procesado aprovechaba los momentos en los que su mujer se marchaba a trabajar, a las 5.30 horas de la madrugada, para introducirse en la cama de su hija "con ánimo de satisfacer sus deseos sexuales" y practicarle tocamientos en los pechos y la vagina. En ocasiones, llegaba incluso a masturbarla, pese a las súplicas de su hija para que la dejase.
El acusado negó los hechos en el momento del juicio, celebrado el pasado 23 de noviembre, y atribuyó la acusación de su hija al hecho de que él era muy severo en la educación de sus tres hijos y que les castigaba con frecuencia "cuando no hacían los deberes" quitándoles el móvil. Además, alegó que la intención de sus hijos era conseguir que sus padres se separaran.
Así, según su versión, fue su hija quien contó a su mujer los supuestos abusos por miedo de que él le pegase, después de que el matrimonio tuviese que ir a recogerla al vecino municipio de Ibi, al que la menor había acudido en contra de las directrices de su padre.
Sin embargo, tanto la víctima como sus dos hermanos corroboraron los tocamientos durante sus respectivas declaraciones ante el tribunal. Y lo mismo hizo la mujer del acusado, quien aseguró que no tuvo conocimiento de los hechos hasta que la hermana de la víctima le informó de lo que sucedía. Según declaró, tanto la víctima como su tercer hijo corroboraron esos abusos. Así, explicó que acto seguido habló con la psicóloga del colegio de su hija, quien le recomendó que denunciase.
A partir de las pruebas practicadas, el tribunal considera que la versión del acusado no es asumible tras reseñar que "es difícil admitir que se formule una denuncia de tanta gravedad como la realizada" por el hecho de que existiese "una educación severa y el deseo de la separación de sus progenitores". Además, incide en que los testimonios de los hermanos de la víctima corroboran los abusos.
La sentencia condena al procesado a una pena de once años de prisión como autor de un delito continuado de abusos sexuales cometido sobre una menor de 16 años, con prevalimiento de relación de parentesco. Además, le impone el pago de una indemnización de 10.000 euros a su hija.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Pillado en la A-1 drogado, con un arma y con más de 39.000 euros
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.