La estafa del millón de euros en el parking del aeropuerto de Alicante

Un hombre de 50 años ha sido detenido por la Policía Nacional como presunto autor de una estafa millonaria perpetrada en el parking del aeropuerto de Alicante-Elche. Se trata del propietario de una empresa de alquiler y estacionamiento de vehículos que contaba con una carpa cerca de El Altet, pero en realidad almacenaba los coches en el propio parking del aeródromo, una práctica que llevaba a cabo intercambiando placas falsas en los coches para no pagar la estancia.

Según ha informado este miércoles la Policía, se cree que el fraude comenzó en 2018 y la cantidad puede superar el millón de euros. El arrestado burlaba supuestamente las medidas de seguridad del aparcamiento para no pagar las cuotas por estacionar el vehículo dentro del recinto. En el operativo, los agentes han localizado más de 20 placas de matrículas dobladas que utilizaba para llevar a cabo la estafa y más de 170 vehículos implicados en esta trama.

Se le imputa un delito de estafa y falsificación documental y ha sido puesto a disposición del Juzgado de Instrucción en funciones de Guardia de Elche.

La investigación se inició cuando vigilantes de seguridad privada del aeropuerto detectaron anomalías en el tránsito diario de algunos vehículos en las instalaciones. Tras varios meses de vigilancias discretas, los agentes se centraron sobre una persona que tenía una empresa dedicada al alquiler y al aparcamiento de vehículos particulares que eran custodiados mientras sus propietarios se encontraban en el extranjero.

Este individuo disponía de una carpa a su cargo que utilizaba como almacén, lugar donde depositaba temporalmente los vehículos que le dejaban sus clientes, normalmente de origen belga.

Los agentes constataron que trasladaba los vehículos a su cargo al interior del aparcamiento público del aeropuerto y se quedaban largas temporadas allí estacionados, momento en el descubrieron que tenía un entramado perfectamente diseñado para no levantar sospechas.

Su modus operandi consistía en introducir un vehículo en el aparcamiento del con placas falsas. Lo estacionaba en una plaza y, al bajarse, utilizaba las mismas placas para colocarlas a otro vehículo que tenía a su cargo, que llevaba meses estacionado en el aparcamiento, y con el que finalmente salía del recinto antes de entregárselo a su propietario, que llegaba a los pocos días de viaje.

Además, quedó patente que burlaba el sistema de seguridad de lector de matrículas para abonar la cantidad mínima de 10 o 15 minutos por estancia en el parking, cuando en realidad los vehículos habían estado estacionados meses. La detención fue llevada a cabo cuando se disponía a realizar un cambio de vehículos en el interior del recinto.

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