Hasta 32 estudiantesse contagiaron de coronavirus durante su viaje de fin de curso de Bachillerato en Mallorca, según los datos más recientes facilitados por la Conselleria de Sanidad, que está realizando los rastreos correspondientes entre el resto de alumnos participantes así como entre familiares y otros contactos estrechos con el objetivo de definir bien el alcance del brote.
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En el viaje participaron alumnos de centros educativos distintos y todo apunta a que el origen estuvo en un monitor residente en Madrid, si bien se desconoce si tenía que ver con el viaje de los alumnos valencianos. Según la información que maneja la Conselleria de Salut de las Islas Baleares la transmisión se pudo producir en el barco que trasladó a estudiantes de diferentes autonomías hasta Valencia, y los contagios se detectaron ya en los puntos de retorno, según las mismas fuentes, que también explicaron que la gestión del brote compete a los servicios de Salud Pública de la comunidad de Madrid atendiendo al origen de los contagios.
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Este brote recuerda a otros ocurridos también en la esfera académica y estudiantil. Uno de los más polémicos fue el registrado en el colegio mayor Galileo Galilei el pasado mes de marzo, que se convirtió en el foco más grande sufrido en la Comunitat hasta ese momento. El origen y la extensión del virus se produjo tras la organización de tres fiestas en la terraza y las habitaciones. El resultado fue 168 positivos, de los cuales, 131 eran del centro.
La propagación del brote obligó a suspender durante 15 días las clases presenciales en el campus de Vera de la Universitat Politècnica. La mercantil tuvo que abonar una sanción que se elevaba a 25.000 euros por dos infracciones tipificadas como graves. Sin embargo, el pago voluntario y el reconocimiento de la responsabilidad le permitieron beneficiarse de una reducción del 40% del importe.
Posteriormente, a este brote se sumó otro en el centro Ausias March el pasado mes de abril, que rozó los 130 contagiados. Fuentes de la conselleria vincularon los casos con interacciones que se produjeran en zonas comunes o habitaciones compartidas durante el primer confinamiento. Según la conselleria, aquellos contagios se originaron en los desplazamientos de los residentes durante las vacaciones de Semana Santa.
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Ahora, con la llegada del verano y la relajación de las restricciones, los expertos llaman a no bajar la guardia y alertan de la posibilidad de nuevos brotes ante el aumento de la movilidad.
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