E. P.
ALICANTE
Sábado, 23 de octubre 2021, 18:36
El Museo de Arte Contemporáneo de Alicante presenta la exposición 'Desprogramar el drama', de Eulàlia Valldosera, que reúne la instalación 'La Caída. Salir de las llamas para caer en las brasas' de 1996; dos fotografías de la serie 'El ombligo del mundo' de 1993 y otras nueve de la serie 'Lazos familiares' de 2012, propiedad de la artista.
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Con múltiples significados, intrigante y compleja La Caída es un referente en la historia del arte de los años 90, una de las instalaciones más significativas de la artista catalana y su montaje se ha convertido en "un desafío pues hace más de veinte años que no se muestra al público", ha indicado el centro expositivo en un comunicado.
Es una obra "fundamental" en la trayectoria de la artista, una instalación "compleja y enigmática que habla de un accidente emocional, la imposibilidad de salir de una situación aun intentando comportamientos distintos". El cuestionamiento mismo de la pareja en su entorno doméstico, una historia carente de narración que se despliega en el espacio donde el espectador se encuentra atrapado como testigo y artífice del problema.
'Lazos familiares' es una serie de fotografías de la intimidad y "pone en evidencia las relaciones sentimentales visibles y ocultas que los miembros de cada familia sufren, gozan o padecen". "Implicaciones complejas e inevitables que redefinen el modelo mismo de familia en continua transformación", han explicado. La imagen real y su sombra aparecen y conviven en el mismo espacio, se solapan, se fragmentan, se suman en una imagen final a modo de collage de transparencias: la realidad visible está hecha a partir de muchas capas o niveles de comprensión de una misma situación anímica.
'El ombligo del mundo' fue uno de los trabajos "más transgresores del arte español de los años 90 y génesis fundamental del trabajo de Eulàlia Valldosera que renuncia a la práctica retrógrada de la pintura bidimensional que le enseñaron". Parte de un hecho banal como fumar cigarrillos, un elemento convertido en metáfora del consumo, la meditación y la fugacidad del tiempo.
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Con una mirada propia, Valldosera recrea "escenas dramatizadas que reflejan simultáneamente la presencia y la ausencia, la memoria y el deseo, donde la sombra evoca una búsqueda interior que remite al mundo del subconsciente, no solo como espectro de un pasado no resuelto, sino también como una forma auténtica de la realidad". "Es necesario pues volver al inicio, desprogramar y eliminar los patrones fijos de comportamiento para decidir qué camino seguir", ha explicado.
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