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Drama en el seno de una familia muy conocida y querida en San Vicente del Raspeig. María Josefa M. A., de 67 años, murió el jueves por la noche acuchillada por su propio hijo, un hombre de 30 años. El joven también hirió con el arma a su padre en el cuello antes de escapar con un coche hasta Alicante, donde fue arrestado al cabo de dos horas. El progenitor, Melchor S. D., de 66 años, evoluciona favorablemente de su lesión en el Hospital General de Alicante.
Según informaron fuentes de la Guardia Civil, las primeras llamadas alertando del parricidio se sucedieron poco antes de las once y media de la noche. Algo muy grave había sucedido en el número 26 de la calle Reyes Católicos: gritos, un hombre sangrando por el cuello y taponándose una herida con una toalla...
La calle se llenó de luces, sirenas y rostros junto a los balcones. El herido era Melchor y en el interior de su casa yacía sin vida su esposa, Josefa, con varias heridas de arma blanca. Se las había causado presuntamente su propio hijo, un español de 30 años, antes de huir del lugar del homicidio con un coche.
Los primeros agentes en llegar al lugar solicitaron la presencia urgente de ambulancias. Por la mujer nada se pudo hacer, pero su esposo fue evacuado al Hospital General de Alicante, donde ha quedado ingresado. Según fuentes sanitarias, su evolución es favorable.
Nada más identificar al presunto homicida, sus datos personales y los del vehículo con el que circulaba fueron transmitidos con rapidez entre las patrullas de la Policía Nacional y la Guardia Civil que estaban de servicio en la provincia de Alicante.
El dispositivo para acorralar al agresor dio resultado dos horas después. El presunto parricida fue interceptado en torno a la una y media de la madrugada, en la barriada alicantina de Juan XXIII. Según fuentes policiales, llevaba en el vehículo el arma empleada en el crimen.
Tras la detención, el sospechoso fue entregado a la Guardia Civil de San Vicente del Raspeig, que tiene el caso bajo su competencia. En las próximas horas será puesto a disposición judicial en la localidad alicantina.
El pueblo, de casi 60.000 habitantes, está hoy de luto. Ayer se guardó un minuto de silencio junto al ayuntamiento en recuerdo de Josefa. El alcalde de la localidad, Jesús Villar, se mostró consternado: «No había ningún seguimiento por parte del ayuntamiento de problemas en el seno de la familia, por lo que la sorpresa es mayor. Estamos dolidos y tratando todavía de asimilar lo sucedido».
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