R. González
ALICANTE
Martes, 3 de noviembre 2020
Todavía no había amanecido, faltaban cinco minutos para las cinco y media de la mañana cuando una fuerte sacudida sobresaltó a numerosos vecinos de la provincia de Alicante mientras aún dormían. Un terremoto de magnitud 3.6 con epicentro en Relleu se dejó notar con fuerza en puntos como Alcoy, Torre de les Maçanes o Cocentaina. A este movimiento sísmico le sucedieron varias réplicas y otro seísmo en Penáguila. Tal fue la intensidad, que despertó a muchas personas y causó miedo a los que ya estaban en pie, como Elvira Cascales, que vive en Alcoy. «Creía que el edificio se partía en dos, todavía estoy temblando», relataba horas después.
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Estaba en la cocina para prepararse el café que se iba a tomar antes de ir a trabajar cuando, de repente, notó como si el suelo de su vivienda se hundiera. Vive en un séptimo piso y por su mente pasó lo peor: «Me veía como en Turquía». Duró unos segundos y luego todo se quedó quieto. Entonces miró fuera y vio que había gente asomaba a los balcones. Su hijo, que vive cerca, llamó para ver cómo estaba, ya que a él también le había despertado la sacudida. A las seis se fue a trabajar «con miedo». No era el primer terremoto que había presenciado en los años que lleva viviendo en la ciudad, pero sí el más potente.
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A Antonio también le sorprendió el seísmo cuando todavía estaba en la cama. Su pareja incluso quería «coger las maletas e irse». Hasta los tres gatos que tienen lo pasaron mal. «Nos hemos asustado porque ha sido muy fuerte«, comentó. Tras lo sucedido no pudo volver a dormir hasta las seis y luego llegó otra réplica, pero para entonces ya estaban más tranquilos.
Antonio trabaja en el bar La Tareta de Alcoy. Durante la mañana los movimientos sísmicos fueron un tema recurrente. Según dijo, habían ido bastantes clientes que contaban lo mismo, que había sido «un susto muy gordo». Otros, en cambio, ni se habían enterado. Un compañero suyo, que se estaba preparando para salir a correr temprano, «tuvo que apoyarse en la pared para no caerse debido al temblor», relató.
Sin daños
Sin embargo, en el epicentro la intensidad no fue tan destacada como en la comarca del Alcoià. Elisa Llorens, primera teniente de alcalde de Relleu, aseguró que se había notado un «temblor leve» y que afortunadamente no había que lamentar daños. Es más, afirmó que muchos vecinos de la población no se había enterado de lo sucedido poco antes del amanecer.
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No obstante, durante la mañana el teléfono del ayuntamiento no había dejado de sonar por el tema del seísmo, que además se comentó mucho porque ayer tenía lugar el mercadillo.
No muy lejos de allí, en la Torre de les Maçanes, Susana Dolzá hoy no había abierto el Forn de La Plaça, ya que los martes es el día de descanso del negocio. Su marido ya se había ido a trabajar a Xixona y ella aún estaba en la cama cuando un fuerte estruendo la despertó. «Fue un ruido muy raro y después tuve la sensación de que la casa se levantaba y se movía de sitio«, comentó emocionada como si reviviera el momento. Acto seguido salió fuera de casa y comprobó que no hacía viento.
Tras esos segundos «un tanto extraños», ni ella ni su hijo volvieron a dormir porque «no estábamos tranquilos».
Sus efectos también se llegaron a percibir de forma más ligera en otros puntos de la Comunitat, como Dénia o Gandia.
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En la jornada de ayer se produjo otro seísmo en Penáguila, de magnitud 2.8. En la farmacia de la localidad de unos 300 habitantes, Rosa recalcaba que se había oído un ruido y se había movido todo, incluso creyó que se caería el techo de madera. Por su parte, Miguel indicó que «se oyó un bum y se movieron la cama y las paredes durante seis o siete segundos«.
El área de sismología del Instituto Geográfico Nacional difundía a primera hora de ayer los datos de los terremotos registrados en Relleu y Penáguila. Dos movimientos que hacen elevar hasta ocho los registrados en la provincia de Alicante desde el pasado 30 de octubre, apuntó la sismóloga Arancha Izquierdo. Según apuntó, han recibido más de 1.000 mensajes de contestación de cuestionarios en los que se detallan qué han notado y en que lugar.
Izquierdo señaló que ese área «está bastante activa últimamente», en concreto las provincias de Alicante y Murcia, donde se encuentra la zona de las Béticas y que es el punto donde convergen la placa europea y la africana. De ahí que de vez en cuando algunos fenómenos puedan hacer que se disparen los movimientos sísmicos y se encadenen varios cuando se produce alguna liberación de tensión. «Pero lo habitual es que no sea nada importante», añadió.
En la madrugada del viernes al sábado se detectó en terremoto en la localidad castellonense de Caudiel. Al día siguiente tuvo lugar un seísmo con epicentro frente a la costa de Torrevieja, en el mar. En esa ocasión alcanzó una magnitud 2.6 y se produjo sobre las 20.55 horas. El 2 de noviembre volvió a producirse otro fenómeno similar a poca distancia, también cerca del litoral torrevejense y de 2.5. Esa vez el temblor tuvo lugar poco después de las cuatro de la madrugada.
Por lo que respecta a las sacudidas de ayer, se percibieron en varios puntos del territorio alicantino y valenciano con diferente intensidad. Según recogía el Instituto Geográfico Nacional, los lugares donde más fuerte se notó el temblor fueron Alcoy, Cocentaina, Benifallim, Benilloba o la Torre de les Maçanes. En cuanto a las localidades donde menor intensidad alcanzó, figuraban Alicante, Benidorm, Dénia, Gandia, Tavernes y Xàtiva.
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Los últimos movimientos sísmicos registrados en las últimas 24 horas en Torrevieja y Relleu se enmarcan dentro de la «normalidad» y son de una magnitud perfectamente asumibles por las edificaciones de la Comunitat Valenciana, que desde hace medio siglo siguen unas normas sismo-resistentes.
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Así lo ha declarado a Efe el responsable de la Red Sísmica de la Universidad de Alicante (UA), José Delgado..
Delgado ha señalado que es imposible saber de antemano si habrá más movimientos telúricos porque «los terremotos no se pueden predecir» pero ha asegurado que los edificios «resisten a la perfección movimientos como este o incluso superiores».
El responsable de la Red Sísmica de la UA ha resaltado que el comportamiento habitual de este tipo de eventos es que ocurra uno de cierto tamaño, como el ocurrido en Relleu, y que posteriormente ocurran varias réplicas seguidas en el tiempo y que no vuelvan a ocurrir en un periodo de tiempo grande.
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Desde la unidad de la UA quieren lanzar un mensaje de tranquilidad porque todos los acontecimientos sísmicos están dentro de la normalidad y los daños materiales o personales son muy poco probables que aparezcan porque en España se lleva medio siglo construyendo los edificios con normas sismo-resistentes: «es de prever que nuestros edificios soporten a la perfección terremotos como este e incluso superiores».
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