Descubren dos variedades de uva que se adaptan al cambio climático

Investigaciones realizadas por el Instituto de la Vid y el Vino de Castilla-La Mancha (IVICAM), situado en Tomelloso (Ciudad Real) han identificado dos variedades de vid alternativas a la uva Tempranillo para adaptarse al cambio climático. En concreto, las variedades Benedicto, y en menor medida Moribel, ambas emparentadas con la Tempranillo, que se convierten así en alternativas de futuro para la variedad tinta más extendida en España y presente en 38 denominaciones de origen, entre ellas las de La Rioja, La Mancha, Ribera del Duero o Toro.

La Tempranillo, conocida también como Cencibel o Tinta del País, debe su nombre a que madura temprano. En las últimas décadas se ha comprobado que en muchas zonas vitícolas del sur de España sus producciones se están viendo seriamente afectadas como consecuencia del cambio climático, por lo que urge buscar alternativas. Dos son las que ha descubierto el IVICAM: Benedicto y Moribel, progenitor y descendiente de la uva Tempranillo, que se adaptan bien a condiciones de estrés térmico y sequía.

Estudios realizados sobre estas tres variedades en torno al proyecto «Evaluación del comportamiento de diferentes variedades de vid cultivadas bajo condiciones de sequía», en el que también han colaborado la Universidad de Castilla-La Mancha y el Instituto Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario y Forestal de Castilla-La Mancha, han revelado que la uva Benedicto presenta rasgos cualitativos superiores a los de Tempranillo, posicionándose como una destacada alternativa para el futuro. Se trata de una uva que actualmente se cultiva de forma residual en Aragón.

En menor medida, Moribel también sobrepasa a Tempranillo en atributos como la acidez y el pH, añadiéndole un valor significativo. Según este estudio, aunque los vinos elaborados con estas dos variedades comparten un perfil organoléptico similar al de Tempranillo, los catadores han manifestado una clara preferencia por los vinos de Benedicto y Moribel, corroborando que la incorporación de estas variedades alternativas podría preservar e incluso mejorar las características de los actuales vinos obtenidos con uva Tempranillo bajo condiciones ambientales limitantes.

Son dos alternativas para la variedad tinta más extendida en España que, según estudios del Instituto de Ciencias de la Vid y el Vino –vinculado al CSIC y a la Universidad de La Rioja- y el Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario, podría haber surgido por una hibridación espontánea en la zona del Valle del Ebro en el último milenio.