Arquitectura de la Comunitat, en el Olimpo español

Es una representativa muestra del elevado nivel de desempeño que distingue a los colegiados valencianos, que competirán con sus colegas del resto de España en una iniciativa que se amplía en un 15% más de candidaturas respecto al año pasado y que refleja «la amplia representación territorial de los premios», según el comunicado del Consejo, que también subraya «la diversidad y calidad de los proyectos presentados, que van desde la edificación y la planificación urbana, a proyectos de interiorismo o arquitecturas efímeras, hasta trabajos de divulgación y difusión, entre otros apartados.

El listado se compone de 17 en Andalucía, 6 en Aragón, 3 en Asturias, 6 en Cantabria, 7 en Castilla-La Mancha, 14 en Castilla y León, 30 en Cataluña, 5 en Extremadura, 12 en Galicia, 6 en Islas Baleares, 8 en Islas Canarias, 5 en La Rioja, 30 en Madrid, 6 en Murcia, 14 en País Vasco y Navarra, además de los 16 que representan a la Comunitat. Entre ellos, por ejemplo, el Centro de Arte Hortensia Herrero, una obra del equipo Erre Arquitectura. Es también el caso de otros singulares proyectos, como Nueva Bauhaus, una creación de Alberto Peñín y Carlos Ferrater en el barrio de la Seda, el Colegio Riu Millars (de José Durán y Daniel Moreno) o el proyecto de rehabilitación de vivienda en el Cabanyal, que firma Pilar Martí.

Noticia relacionada

El IVAM recupera la sala de la muralla dos años después de su cierre

Todos ellos aspiran a ver su nombre incluidos en un prestigioso palmarés que reconoce el valor de la mejor arquitectura en España gracias a unos premios «que se han consolidado desde su arranque en 2021», como recuerda el Consejo: fue cuando decidió dar un giro de 180º al conjunto de los reconocimientos que venía otorgando desde 1981, mediante un formato «que ha permitido acercar más la arquitectura a la sociedad, dando a conocer al público general las aportaciones del sector para mejorar la habitabilidad, garantizar el acceso a una vivienda digna, proyectar espacios públicos pensados para el bien común, y preservar la singularidad cultural de los pueblos, la riqueza de sus respectivas historias y la conservación del planeta», señala en su nota de prensa. «Esa riqueza y diversidad de las distintas culturas y territorios da lugar a un panorama arquitectónico nacional enormemente fértil y plural que se ve reflejado cada año en los premios», añade.