Calatrava estrena iglesia en Nueva York

El arquitecto Santiago Calatrava ya tiene iglesia en Nueva York, en el distrito de Manhattan. El valenciano ha celebrado, junto con la Autoridad Portuaria de Nueva York y Nueva Jersey y los representantes de la Iglesia ortodoxa griega, la reapertura de la iglesia y Santuario Nacional de St. Nicholas, la única edificación religiosa destruida en los atentados del 11 de septiembre de 2001.

Calatrava recibió el encargo de rediseñar el edificio, para crear un espacio que aborde directamente la liturgia ortodoxa griega, a la vez que honra la conexión de la iglesia al conjunto conmemorativo del World Trade Center. El templo es la segunda edificación del valenciano tras el intercambiador de transportes en la misma zona y se abrió al culto de manera continua el día 6 coincidiendo con la festividad de San Nicolás, aunque había sido consagrado el pasado 4 de julio.

La cifra del coste de construcción es de alrededor de 58 millones de dólares (55,2 millones de euros), según fuentes del estudio de Calatrava, quienes precisaron que aparte de eso la diócesis tuvo otros gastos no relacionados con la construcción: de administración, legales (tuvo al comienzo del proyecto una notoria batalla legal con la Autoridad Portuaria a cuenta de la localización del proyecto), o de otra naturaleza. La cifra final de recaudación del proyecto según las fuentes de la diócesis ascienden a esos 95 millones, pero esta cifra «no refleja los gastos de construcción», insistieron a LAS PROVINCIAS.

«Ver la iglesia greco-ortodoxa y Santuario Nacional de St. Nicholas finalmente abierta al público es una ocasión emblemática del prometedor futuro del Bajo Manhattan», señaló Calatrava, para añadir que espera «cómo esta edificación cumple su propósito como santuario para el culto, pero también como lugar de reflexión acerca de lo que la ciudad aguantó». Las obras comenzaron a finales de 2014, pero se vieron interrumpidas en varias ocasiones por los problemas de financiación de los promotores.

El diseño ha recibido una gran influencia de la arquitectura bizantina, en particular por un mosaico de la basílica de Santa Sofía en Estambul, mostrando a la Virgen María como «Trono de la Sabiduría».

La cúpula contiene 40 ventanales y otras tantas «costillas», visibles tanto en el interior como en la subdivisión exterior de la cubierta. Es el mismo número de costillas que posee la cúpula de Santa Sofía, en la que está inspirada. La cúpula cuenta con las imágenes de veinte profetas que se alternan entra las nervaduras, mientras que los elementos arquitectónicos se basan en un estudio de la relación entre el estilo bizantina y los números.

Todo el exterior de la edificación se ha construido con mármol del mismo origen que el material con el que fue construido el Partenón en Atenas y los principales monumentos griegos en el siglo V a.C., según señalan desde el despacho de Calatrava.

La cúpula esta fabricada con láminas de piedra y paneles de vidrio laminado iluminados desde su parte posterior. Cuando se iluminan, estas zonas de la fachada crean un aura incandescente que hace que toda la iglesia parezca brillar desde dentro. El exterior consta de cuatro sólidas torres con bandas horizontales que recuerdan a la Iglesia del Santo Salvador en Chora, Turquía, finalizaron.

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