Un colegio, una votación, dos aspirantes

En las elecciones están llamados a votar 6.162 colegiados, incluyendo en el ceso a quienes ya están jubilados, que decidirán entre ambos aspirantes quién sustituye al todavía decano, Luis Sendra, quien abandona el cargo porque así lo obligan los estatutos: sólo se puede estar al frente de la institución colegial como máximo seis años, es decir, dos mandatos. La lista que abandera Lara se presenta, según explica él mismo en declaraciones a LAS PROVINCIAS, con la intención de «renovar las inercias que languidecen a nuestro colectivo». «No miramos al pasado», aclara. «Estamos decididos a emplear nuestro esfuerzo en superarlo». Para Castillo, que aspira a ser la primera mujer al frente del colegio desde que se fundó en 1931, el elemento motor de su candidatura es una palabra que esgrime durante la entrevista a nuestro diario: diálogo. Asegura que tiene un discurso propio («Yo soy Rosa y tengo ideas y personalidad») y aboga por combatir la competencia desleal como una de sus prioridades. «El Colegio debe ser un referente para la Administración y la sociedad». Dos aspirantes, un colegio y una votación: la solución, a partir de mañana.

Nacido en Valencia y arquitecto en ejercicio desde 1979, su biografía apunta hacia un extensa carrera profesional implicada en diversos campos: desde labores de gestión a la docencia como profesor de la ETSAV, pasando por el ejercicio proyectual desde obra anónima a premiada nacional e internacionalmente «y, sobre todo, a la promoción de la arquitectura y el arquitecto, en publicaciones y conferencias en diferentes foros profesionales».

- ¿Cuál es la idea motor de su candidatura?

- Formamos una candidatura independiente, compuesta de tres mujeres y dos hombres con vocación de trabajo en equipo y movidos por el motor de la necesaria renovación colegial que devuelva al arquitecto a la posición profesional y social que nos corresponde y no debemos abandonar.

- ¿Por qué se animó a presentarse?

- Como colegiados no podemos sentirnos ajenos a los cambios que está experimentado nuestra profesión. Hace seis años lo intentamos y ahora, al hacer el balance, vemos que los mismos problemas siguen de actualidad. Es el tiempo de dar un paso al frente, implicarse y renovar las inercias que están dejando languidecer a nuestro colectivo.

- Concrete las principales bases programáticas de su candidatura. ¿Qué tres ideas principales son las que esgrime? 

- Nuestro programa que se resume en el lema ÓN (conectar) es una propuesta avanzada y moderna que recoge el sentir de los diversos colectivos y modos del quehacer arquitectónico con un objetivo integrador y renovador en las formas y en el fondo. Se resume en tres ideas básicas: acciÓN para poner en valor la calidad de la Arquitectura como servicio social que encarnamos, ImplicaciÓN animando a la participación generalizada que desde la Junta de Gobierno del Decanato pretendemos ser el catalizador y por fin RenovaciÓN para que nuevas personas y desde posiciones actuales ayudemos a superar el decaimiento institucional que se nos pronostica.

- Defina su candidatura. ¿Es rupturista o continuista respecto a la gestión anterior? 

- Creo que de alguna manera está ya dicho en las contestaciones anteriores. Solo quiero añadir que no miramos al pasado para romperlo o asentarlo, simplemente estamos decididos a emplear nuestro esfuerzo en superarlo

- ¿Qué le parece el papel que juega la arquitectura en su conjunto en el imaginario social de la Comunitat? ¿Tiene el peso necesario?

- La arquitectura es nuestro último propósito. El motivo que nos legitima socialmente y nos da sentido individual con nuestro trabajo diario. Junto con la medicina son las dos grandes apuestas colectivas de una sociedad que progrese: salud y vivienda. Apostar por la calidad y rentabilidad de estos dos valores debe ser un objetivo ineludible de nuestra realidad. Para conseguir ese peso necesario que menciona usted hay que dignificar estas profesiones otorgándonos los medios necesarios y a cambio exigiéndonos la debida responsabilidad y complicidad en ello. Estamos decididos y dispuestos a aceptarlo así

- ¿Y cuáles son los problemas más acuciantes de su profesión?

- Nos hemos multiplicado y especializado. Somos un colectivo muy comprometido con el trabajo, sin horario, viviendo siempre al día y en el límite de la rentabilidad. A veces incluso haciendo trabajos inimaginables hace solo unos años para no tener que cesar. Pero para que podamos seguir cumpliendo con todas las exigencias que la legislación y nuestro compromiso social nos obligan y nosotros no eludimos, es necesario reclamar de la administración unas mínimas condiciones. No digo tarifas, me refiero a una elemental dignidad económica que desgraciadamente hoy no siempre está asegurada.

- ¿Cuál sería su primera medida en caso de victoria? 

- Aceptar y difundir la responsabilidad social de ser arquitecto e intentar comprometernos como colectivo en el confort y bienestar de sus ciudadanos. Al tiempo, reclamar a las instituciones que se nos reconozca recíprocamente este esfuerzo con su complicidad a la hora participar activamente en acciones comunes.

Arquitecta por la UPV, con la especialidad en Urbanismo, premio Bancaja-UPV final de carrera y paisajista por la UPC, Rosa Castillo, nacida en Valencia, se define en estos términos: «Mi capacidad de trabajo y diálogo, y mi visión multidisciplinar de la profesión son cualidades importantes para el reto que afronto».

- ¿Cuál es la idea motor de su candidatura? ¿Por qué se animó a presentarse?

- La vocación de servicio y el convencimiento de que, para cambiar las cosas, en cualquier ámbito de la vida, hay que implicarse y arremangarse. Desde que tengo uso de razón he participado en delegaciones de alumnos, organizaciones civiles, festivas o vecinales. Creo en la necesidad asociativa y de colaboración del ser humano para progresar. Por otra parte, nunca me ha importado defender lo que me parece que es justo. Me presento porque tengo ilusión en cambiar, o al menos mejorar, determinadas cosas, tanto del funcionamiento interno de nuestra institución como de la profesión en su conjunto. Para mí el Colegio debe ser, por una parte, un lugar que ayude y acoja a los compañeros, si no, ¿de qué me sirve estar colegiado?, y esto es algo que he intentado hacer durante los últimos tres años y en lo que me gustaría seguir trabajando. Por otra parte, el Colegio debe ser un referente para la Administración y para la Sociedad. ¿Quién mejor que los arquitectos y las arquitectas, que estamos formados para ello, para hablar (y hacer) sobre urbanismo, paisaje, patrimonio o vivienda? Este mensaje tiene que llegar mejor y más fuerte a nuestros políticos y a la sociedad en general. Es una labor que me anima también a presentarme.

- Concrete las principales bases programáticas de su candidatura. ¿Qué tres ideas principales son las que esgrime?

- La puesta en valor de nuestra profesión y del trabajo que desarrollamos los arquitectos y las arquitectas, la mejora y concienciación de los costos laborales de nuestro trabajo y lLa optimización de los recursos colegiales mediante la reformulación estatutaria.

- Defina su candidatura. ¿Es rupturista o continuista respecto a la gestión anterior?

- Ni una cosa ni la otra. Es cierto que pertenezco a la junta saliente, no es un secreto. Esto es algo que me ha permitido entender la estructura de la institución, que es compleja, y también la diversidad de nuestro colectivo. Digamos que he aprendido mucho durante este tiempo y he adquirido experiencia, pero en el equipo con el que me presento a estas elecciones solo continúa el vocal de cultura, Miguel, que lleva con nosotros tres años. Los otros tres miembros de la candidatura nunca han ocupado ningún cargo colegial. Bárbara, Roberto y Sara son gente joven, con ganas de trabajar y de perfiles complementarios. Y yo soy Rosa, y tengo ideas y personalidad propia, no soy el decano que se va.

- ¿Qué le parece el papel que juega la arquitectura en su conjunto en el imaginario social de la Comunitat? ¿Tiene el peso necesario?

- En mi opinión, no lo suficiente. Creo que sí existe un imaginario social sobre las obras de arquitectura que podemos denominar «arquitectura espectáculo», y que todos tenemos en la cabeza. También sobre determinadas obras insignes de nuestro patrimonio histórico. Pero no existe, tristemente, una puesta en valor y una conciencia colectiva de lo que significa el buen urbanismo y la buena arquitectura, y lo mucho que esto influye en la calidad de vida de las personas. A veces se nos escucha poco, cuando somos los especialistas en temas de ciudad, vivienda, paisaje y patrimonio. Todo el mundo tiene claro que cuando está enfermo quiere un buen médico que lo cure. Sin embargo, muchas personas no perciben que, cuando vas a construir o reformar tu casa o tu negocio, el arquitecto es el profesional que va a hacer que eso salga bien y va a darte las mejores soluciones, porque está formado para ello. No somos un impuesto necesario para obtener una licencia, sino el técnico que tiene los conocimientos para desarrollar ese trabajo. Y podríamos extenderlo a numerosos campos que la sociedad no piensa que hacemos: resolver un problema de humedades en una fachada, ponerle precio a un inmueble que quieres vender, dividir una parcela para una herencia, analizar un local en el que se quiere implantar una actividad económica y comprobar si es factible, etc. En resumen, infinitos temas de la vida cotidiana en los que, si previamente se consultase a un arquitecto, o arquitecta, nos evitaríamos muchos problemas posteriores y ahorraríamos tiempo y dinero.

- ¿Cuáles son los problemas más acuciantes de su profesión?

- Podría empezar con el exceso de normativa y burocracia. Nos asfixiamos en ella. Y no es un problema único de nuestro sector. Además, para hacer un proyecto cada vez se exige más documentación, pero no se está dispuesto a pagar por ella. Seguiría con la falta de contratación pública de calidad. Es lamentable que la Administración contrate los proyectos de arquitectura y urbanismo por la baja de honorarios que hacemos los técnicos, en lugar de primar la calidad. La arquitectura no puede equipararse a comprar un paquete de folios. Existe un trabajo intelectual y una gran responsabilidad que hay que valorar. El trabajo bien hecho tiene un coste, empezando porque a los empleados de un estudio hay que pagarles el sueldo que corresponde, y hay que entender que no se puede trabajar por debajo de los costes de producción, que es lo que fomentan la mayoría de las licitaciones públicas. Esto entronca con un tema importante, y es que deberíamos avanzar en una racionalización de la oferta educativa con relación al mercado laboral y las salidas profesionales. Hay que ser conscientes de que ahora mismo, en la Comunitat Valenciana hay aproximadamente un arquitecto colegiado cada 700 habitantes, por lo que hay que asumir que la mayoría de arquitectos y arquitectas quizá no pueda proyectar un edificio nuevo en toda su carrera profesional, pero sí pueden rehabilitarlo, hacer estudios energéticos, tramitar ayudas y actividades, incorporarse a equipos que trabajen la industrialización o la circularidad de los materiales, ser jefe de obra, etc., etc., etc. Hemos de recordar que estamos capacitados para muchísimas cosas, y que nuestra formación, extensa y generalista, nos permite abordar cuestiones en innumerables ámbitos. Hay otras profesiones que ya hace años que asumieron esa diversidad laboral. Por otra parte, hay que hacer autocrítica con nosotros mismos y con cómo valoramos el trabajo que hacemos. La competencia desleal es un problema que afecta claramente al sector. Si soy decana, es algo que también estará entre mis prioridades.

- ¿Y cuál sería su primera medida, en caso de victoria?

- Ponerme a trabajar. Y más en concreto, convocar a las agrupaciones y los territoriales para consensuar el plan de actuación sobre los temas que he citado antes.