Rosa Belmonte

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Rosa Belmonte

Lo infame

A los renglones torcidos de la corrupción, los Koldos, Ábalos, Aldamas, Baltazares y el misterio misterioso de las maletas de Delcy, zas, los ha enderezado la fuerza de la naturaleza

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Rosa Belmonte

Las malas víctimas

Solo faltaba Aída Nízar. Lo de Íñigo Errejón es un no parar

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Un buen novio

Con la espeluznante violación múltiple y reiterada de Gisele Pélicot se nos recuerda mucho su dignidad y eso de que la vergüenza tiene que cambiar de bando

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El gol de Paz Vega

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Sánchez sí que ríe

Otra cosa es que aprovechen las desgracias ajenas y la caída de uno de esos desgraciados que tantas lecciones de feminismo nos ha dado

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Rosa Belmonte

Lo de Errejón es un poco fascista

Más allá del asunto sexual y, ya se verá o no, delincuencial, en lo de Errejón no se puede dejar pasar el lenguaje

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Rosa Belmonte

Cuchifritín y la Coca Cola Zero

La 'light' se consideraba cosa de chicas y mujeres. Algo flojo

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Rosa Belmonte

Una televisión contra los otros

El ministro Óscar López, que se encargó de anunciar la 'première', dice que así hay más pluralidad

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Rosa Belmonte

Máximo de tres minutos

En el aeropuerto de Dunedin (Nueva Zelanda) hay un cartel donde se pide que los abrazos duren un máximo de tres minutos

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Rosa Belmonte

Trabajadoras con visiones peligrosas

Una vez Yolanda Díaz dijo: «Soy demasiado trabajadora. Me levanto a las cinco…»

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Rosa Belmonte

Lapidar con palomitas

Votos que tiene Sánchez para no ser botado. Lo de la calle... Como si sacan elefantes a desfilar

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Rosa Belmonte

Conejos vendo

Para qué van a salir los ministros diciendo lo mismo. Se unifica en un argumentario monclovita y ya

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Rosa Belmonte

La pastilla de Tilda

Suicidarte siempre lo puedes dejar para mañana, salvo cuando no puedes

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Rosa Belmonte

El bulo como paso previo a la verdad

Rumor, que suena a la Carrá, ya empieza a ser palabra en desuso

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Rosa Belmonte

Rentistas y cuentistas

La lucha de clases, que pasó a ser feminista, es ahora la lucha entre el inquilino y el casero, nuevo patrón explotador