Los comerciantes apuestan fuerte por el futuro de la calle de la Paz

La calle de la Paz, una de las calles más admiradas de Valencia por su belleza arquitectónica, ha ido transformándose a las circunstancias que le ha tocado vivir desde que fuera abierta en 1903. Considerada desde su creación como eje comercial y de ocio de la burguesía valenciana, su posicionamiento ha pasado por diversas fases que han incluido importantes altibajos. «Hace diez o quince años sufrió un bajón, el comercio que llegaba era mucho de servicio y bajó el tirón de la calle», explica Rafael Torres, presidente de la Asociación de Comerciantes del Centro Histórico.

Una vez superado aquel período, la vía ha recuperado el tiempo con la llegada de grandes marcas. «Debemos ser la prolongación de la 'Milla de oro', debe fluir todo por donde pasa la gente y no quedarse solo en Poeta Querol y Marqués de Dos Aguas. La calle de la Paz debe ser una continuación con la presencia de grandes firmas como ocurre en todo el mundo», sostiene Torres.

La vía que tomó el nombre en homenaje al fin de la tercera guerra carlista, y que permanece vigilada por Santa Catalina ha sufrido el peso del debate sobre su uso y fin, desde que se culminó su existencia como eje principal en 1903. Ya se discutió su existencia desde entonces y hoy es objeto de parlamentos sobre la idoneidad de su entera o parcial peatonalización. Pero siguen siendo ideas y propuestas que fenecen o languidecen por cuestiones que escapan a vecinos y comerciantes, y que resurgen en tiempos pre electorales aunque nunca llegan a buen puerto, a pesar de formar parte del epicentro turístico de la ciudad junto a la plaza de la Reina. «Es fundamental, por aquí pasan todos los que vienen a Valencia», afirma Rafael Torres.