manuel garcía
VILAMARXANT
Miércoles, 19 de mayo 2021, 23:42
«Esto es insostenible. Llevamos mucho tiempo soportando el paso del tráfico por el municipio y no se actúa de ninguna de las maneras». ... Los vecinos de Vilamarxant quieren que el paso de la carretera CV-370 por el interior del municipio sea un recuerdo cuanto antes, pero la perspectiva a corto plazo no es muy halagüeña. Según explicó el propio alcalde del municipio, Héctor Troyano, no existe un proyecto hecho para extraer el tráfico, buena parte de él pesado, del interior del casco urbano.
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Los vecinos recuerdan, como se pudo comprobar ayer una vez más, que la presencia de autobuses, camiones o tractores es continua. "Además del riesgo que supone, hay que tener en cuenta que se montan grandes atascos porque a veces los camiones no pueden maniobrar en las curvas y todo se complica porque la gente se pone nerviosa, empieza a pitar y se montan grandes algarabías", detalló un vecino, quien resaltó que, además, siempre está el riesgo de que tenga lugar un accidente: "Esperemos que no ocurra ninguna desgracia porque entonces será cuando todo el mundo lo lamente". Y es que las horas de entrada y salida de los centros educativos también son momentos complicados ante la posibilidad de que algún niño pudiera invadir la calzada sin darse cuenta y resultar atropellado por alguno de los miles de vehículos que atraviesan el término municipal cada día.
"Necesitamos una variante ya y que saquen el tráfico del municipio", explicó Pilar, otra vecina que, desde su casa, ve diariamente los atascos que se generan. Además, ha de soportar las molestias en otras vertientes como los ruidos o la contaminación que generan esta ingente cantidad de vehículos cuyos ocupantes, dicho sea de paso, también claman por la variante: "Hay que armarse de paciencia para cruzar el pueblo", explicaba un conductor al mediodía de ayer.
El primer edil de esta localidad, el más joven de toda la Comunitat Valenciana, pues actualmente tiene 25 años de edad, recordó que muy poco después de acceder al cargo, en septiembre de 2019, se reunió con el presidente de la Diputación, Toni Gaspar, para pedirle una actuación decidida al ser la carretera objeto de estas quejas propiedad del ente provincial. En aquel momento recibió buenas palabras pero de momento no ha habido acciones para solventar un problema que afecta al municipio del Camp de Túria.
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Hoy, dos años después y ante la falta de respuesta, el primer edil decidió enviarle las fotos de los atascos tomadas a Gaspar, "con quien tengo una buena relación", para recordarle que esta actuación es urgente, ya que lo que ocurrió ayer "es el día a día para nosotros y creemos que se debe buscar una solución cuanto antes".
La intención de Troyano también es intentar mantener un encuentro con el conseller Arcadi España para intentar sacar adelante una cuestión que les preocupa y molesta.
Similar caso se da en la localidad de Pedralba, ya en la comarca de los Serranos pero situada a escasos diez kilómetros de distancia. En este municipio, recientemente se decidió realizar un acto de protesta colapsando la carretera. En el caso de la población que dirige Sandra Turégano el proyecto sí está hecho, por lo que el enfado es aún mayor.
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Desde Vilamarxant no descartaron emprender medidas de presión en un futuro "pero de momento estamos siendo pacientes y hemos pedido la reunión con Gaspar. Pero éste es un problema que se está agravando con el paso del tiempo ya que cada vez más pasa tráfico por dentro de nuestro pueblo".
De este modo, no descartan que en un futuro pudiera organizarse algún acto para protestar por la situación que sufren tanto los vecinos como quienes deben atravesar la localidad por motivos laborales.
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Al problema de la CV-370 se une, en el caso de Vilamarxant, la carretera CV-50, que mantiene un tramo de unos 22 kilómetros para conectar con la A3 sin acabar desde 2015. Recientemente, los primeros ediles afectados, además de los de Pedralba y Vilamarxant, el de Benaguasil, pidieron que se reanuden unas obras que les permitan continuar con su desarrollo económico, ya que no tienen superficie suficiente para ofrecer a las empresas que desean instalarse en la comarca y que, por tanto, optan por otros polígonos que están más cerca del colapso.
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