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MANUEL GARCÍA
L'ELIANA
Miércoles, 9 de noviembre 2022, 12:23
«Están desorientados. No saben qué están haciendo allí». Catalina es la hermana de uno de los mayores que en la mañana de este martes fueron trasladados desde la residencia privada de l'Eliana, que fue desalojada por una resolución judicial, a la residencia pública de Carlet, donde permanecen de manera provisional a la espera de encontrar una plaza en un espacio más cercano a sus hogares. No en vano, todos los familiares residen en localidades próximas a la ciudad de Valencia, por lo que la residencia de Carlet les queda «muy lejos».
Y es que este martes fue una jornada de gran trastorno para los familiares y allegados pero, sobre todo, para las personas mayores: «Hay un hombre de 98 años, una mujer de 95... No entienden nada y no saben por qué se les trasladó», comenta Catalina, quien ha explicado que cuando llegó a Carlet «ni siquiera pude ver a mi hermano porque me dijeron que estaba asustado».
Con 75 años de edad, el hermano de Catalina, «que es totalmente dependiente», sufrió dos ictus en los años 2009 y 2010 que le causaron problemas para tragar. Además, ha sufrido neumonías y en 2020 le tuvieron que poner una sonda para alimentarse.
Como a muchos de los familiares, Catalina no pensaba que el desahucio se fuera a concretar, y lamenta que el traslado se realizara «sin que ni siquiera pudiera despedirme de él. Me hubiera gustado saludarlo y que hubiera podido quedarse más tranquilo. Muchos mayores estaban nerviosos, alterados y temblando porque no sabían qué iba a ser de ellos».
«Él ni sabía que se lo iban a llevar de allí, se lo dijeron unos momentos antes», ha explicado esta mujer.
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Junto a los familiares de otros residentes, y sin tener ni siquiera tiempo para comer, Catalina se acercó hasta la residencia de Carlet «donde nos llevaron al salón de actos y nos explicaron que estaban allí de manera provisional. Nos trataron muy bien y nos explicaron que iban a intentar que todos ellos estuvieran juntos en una parte de la residencia».
Además de su hermano, que no pudo bajar a saludarlos por su estado emocional, otra mujer tampoco pudo encontrarse con sus familiares por tener el Covid.
Tras abandonar la residencia y ya en su casa, Catalina llamó tanto en la noche del martes como en la mañana de este miércoles a la residencia de Carlet para preguntar por su hermano: «Me dijeron que estaba más tranquilo y que todos habían pasado una buena noche».
Esta vecina ha detallado que desde la Conselleria de Igualdad, en la tarde de este martes le ofrecieron una plaza en una residencia en Moncada, «pero quiero valorarlo para que no sea una situación provisional».
Recuerda que su hermano llevaba algo más de un año y medio en la residencia de l'Eliana: «Le había costado un poco adaptarse debido a sus problemas psíquicos pero ahora estaba muy a gusto». Cree que esta situación, independientemente de las responsabilidades económicas, se podría haber gestionado de otra manera para evitar que los mayores pasaran esta jornada de desasosiego.
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