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El vecino, a la izquierda, durante la reunión con el alcalde. lp

«Tengo a siete familiares en Ucrania»

Un vecino de Loriguilla casado con una ucraniana sufre las consecuencias del conflicto

MANUEL GARCÍA

LORIGUILLA

Lunes, 28 de febrero 2022, 13:30

Las crueles garras de la guerra alcanzan a casi cualquier municipio y no distinguen a la hora de golpear. En un pequeño pueblo del Camp ... de Túria, Loriguilla, se vive con especial preocupación el desarrollo del conflicto. Toni es un vecino de esta localidad casado con Irina, de nacionalidad ucraniana. A 3.500 kilómetros de distancia, sin embargo, siete familiares suyos viven la sinrazón de la guerra y temen ser alcanzados por ella en cualquier momento.

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Dos de sus cuñadas están viviendo con mucha preocupación las últimas jornadas. Una de ellas tiene un niño de 4 años y otro de 18. Viven en la localidad de Ostriv, al oeste del país y cerca de la frontera con Ucrania. El hijo mayor, que acaba de alcanzar la mayoría de edad, se ha presentado voluntario para esperar la llegada de los rusos: «Por el momento sólo escuchan bombas a lo lejos, pero a su ciudad aún no han llegado», explica Toni con un hilo de voz y muy cansado por la situación que están viviendo: «Intento dormir pero no es nada fácil», confiesa, ya que a la preocupación por lo que viven sus allegados está también un trabajo bastante pesado en una empresa de impresión para productos alimenticios.

El hecho de que actualmente todos ellos residan en puntos alejados del conflicto es lo que les hace querer mantenerse en sus domicilios: «Me dicen que de momento es una zona tranquila para refugiados», explica Irina, preocupada por la situación de sus familiares, ya que por el momento prefieren seguir en su tierra a la espera de la evolución de la guerra al no estar en el epicentro del conflicto.

Los propios Toni e Irina tienen un hijo de 16 años al que tratan de mantener al margen de lo que ocurre, pero la comparación con lo que está viviendo su primo Artur, también adolescente y que no ha dudado en empuñar un arma para esperar al invasor, acude inexorable a sus cabezas.

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La otra cuñada, con un niño de seis años a su cargo y que vive en Kaline, tiene un problema añadido. Su marido es transportista y está trabajando en Dinamarca. «Le han dicho que lo mejor sería que no volviera», reflexiona en voz alta Irina.

Sus suegros, con 63 años de edad, viven en las ciudades de Chernitvsi y Ternópil, ya que están divorciados, y aunque más o menos están bien de salud, no quieren salir del país: «Mi padre se ha presentado voluntario y mi madre dice que dónde va a ir, que sea lo que Dios quiera», señala Irina con preocupación. Ternópil está a casi 500 kilómetros al oeste de Kiev mientras que Chernitvsi está algo más al oeste, cerca de la frontera con Rumanía y Moldavia. Problemas como la falta de gasolina o los problemas en la frontera les limitan para lo que Toni considera que sería una solución: «Que se vengan aquí, a mi casa», implora.

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Ayuda del Ayuntamiento

Para ayudarles en lo que esté en su mano, desde el Ayuntamiento de Loriguilla iniciarán en la jornada de este martes 1 de marzo una campaña de recogida de medicamentos, alimentos no perecederos, mantas y productos y medicinas para bebe. Las medicinas que se necesitan son para calmar el dolor, curar heridas y parar hemorragias. La recogida tendrá lugar en el departamento de servicios sociales del ayuntamiento de Loriguilla durante las mañanas.

Desde el Consistorio confían en ayudarles en todo lo que esté en su mano para que esta familia asentada en el municipio pueda conseguir ayudar a sus allegados si decidieran escapar de las consecuencias de la sinrazón de la guerra.

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