manuel garcía
LLÍRIA
Miércoles, 24 de noviembre 2021
«Estoy de baja por ansiedad y migrañas». M. F. C. es una policía local de Llíria. Lleva 14 años como interina y lo que parecía era una puerta abierta a conseguir una plaza fija ha desembocado en lo que, en su opinión, es una ... situación injusta.
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Después de que se iniciara un proceso selectivo para diez plazas de policía local, superó las cuatro primeras partes del examen y, en la quinta, un supuesto práctico, «era tan complicado que o tenías el examen o era imposible», confiesa.
Esta mujer quedó a las puertas, en la undécima posición, pero lo que le ha indignado y le ha llevado a iniciar toda una serie de protestas es que quien le ha arrebatado esa décima plaza es «sobrino de la pareja de un miembro del tribunal quien, casualmente, empezó a trabajar en Llíria sólo unos cuatro o cinco meses antes de la oposición».
Desde el Ayuntamiento se defiende la legalidad del proceso y se recuerda que ese grado de parentesco entre el miembro del tribunal y el aspirante es legal: «El grado de parentesco no da lugar al mismo, ya que la Ley 40/2015 de 1 de octubre, de Régimen Jurídico del Sector Público, en su artículo 23.2, establece los grados de parentesco al objeto de la abstención y/o recusación, no encontrándose quien suscribe dentro del cuarto grado de consanguinidad ni del segundo grado por afinidad que manifiesta la recurrente».
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Además, «en tercer y último lugar en la Sección XI, del Código Civil, el grado de parentesco viene regulado en los artículos 915 y siguientes, donde en todo caso, el grado de parentesco al que se refiere el presente recurso, sería de tercer grado por afinidad».
Sin embargo, M. afirma que, además de no ser ético, «la amistad íntima puede ser motivo de recusación según se recoge en el mismo artículo de la ley». La agente ha denunciado esta situación ante la Agencia Valenciana Antifraude y espera respuesta.
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Sin embargo, otra denuncia de uno de los aspirantes por un motivo totalmente diferente puede jugar a su favor. Este hombre pidió que la presentación de su instancia pudiera ser a través de una oficina de Correos, pero se le denegó y se le dijo que debía ser telemática. Recurrió a la justicia y una sentencia le dio la razón y anuló el proceso en primera instancia. El Ayuntamiento de Llíria recurrió ante el Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana para que no se detuviera. Sin embargo, esta agente está convencida, según le ha comentado su abogado, que se va a ratificar la nulidad del mismo, por lo que todo debería comenzar de nuevo.
En el caso de que esta segunda instancia diera por buena la oposición, M. se plantearía entonces acudir a la justicia, pero por el momento le han recomendado que espere la posible anulación de todo el proceso selectivo. Esta posible suspensión podría perjudicar a los aspirantes que la superaron y que ya están haciendo planes de futuro como comprarse viviendas en la zona al considerar que han conseguido un empleo de por vida, ha apuntado esta aspirante.
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«Lo estoy pasando mal porque no me esperaba todo esto», reconoce. Recuerda que durante toda la pandemia «estuve al pie del cañón, haciendo turnos en los que no debería haber estado... Nunca he desobedecido ninguna orden».
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