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TAL COMO ÉRAMOS

Borges, Els Joglars, Eurovisión y el Niño en Masamagrell: extraña víspera de Reyes en Valencia

Los valencianos de hace medio siglo se entregaban a la adquisición de muñecas y calculadoras (los regalos de moda) mientras dudaban sobre la identidad de los magos de Oriente y su número: ¿eran tres de verdad?

Jorge Alacid

Valencia

Viernes, 5 de enero 2024, 00:53

Tres eran tres las hijas de Elena y también los magos de Oriente... salvo que en algún momento de 1974 se alcanzara alguna conclusión distinta ... al respecto, vista las dudas que se planteaban las páginas de este periódico, que daba cabida a las teorías de la religión de Zoroastro (nada menos), críticas con la tradición cristiana según el Evangelio de San Mateo. Es una información desconcertante, porque se publicó tal noche como hoy, sólo que hace 50 años: en la víspera de Reyes, cuando cualquier concesión a la incertidumbre sobre la identidad y el número de los magos de Oriente tendrían que estar vetadas en favor de preservar la inocencia infantil.

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Debería haber triunfado por el contrario el elemento festivo principal que puebla otras informaciones, donde se detalla el recorrido de la cabalgata (con parada en el colegio Marqués del Turia y la Asociación Valenciana de la Caridad), se adjunta la autorizada opinión de una firma clásica de esta mancheta (María Ángeles Arazo) e incluso se publica una carta a los Reyes donde Antonio Gutiérrez se lamentaba de la creciente inflación, como si fuera culpa de Melchor, Baltasar y Gaspar, que qué culpa tendrían. Bastante tenían con garantizar el suministro en cada hogar valenciano de la lista de regalos que a continuación se detalla, oscilante entre la muñeca de toda la vida, las cocinas que vendían en Moratín (comercio ubicado en la calle homónima) y una rareza de la época, toda una modernidad para entonces: las calculadoras electrónicas, marca Texas. «La electrónica en la punta de los dedos», rezaba la publicidad, que aportaba a su favor un argumento imbatible: «Sus amigos tienen ya suficientes carteras de cuero y plumas estilográficas».

La muñeca Mirufa y la que pasa la aspiradora

La oferta de regalos por Reyes contribuía a mantener el reparto de roles por géneros como se desprende de esta publicidad: la muñeca Mirufa «habla como tú», la llamada Sory pasaba el aspirador por el hogar, Miriam lloraba si le ponían una inyección, Marujita movía los brazos... Menos mal que en la oferta del comercio Supertodo se recomendaba que los interesados se pusieran en contacto no con los Magos propiamente dichos, sino con sus lugartenientes (los visires). También incluía al muñeco bautizado como Pinocho. ¿Futuro presidente del Gobierno?

El coche más premiado

El mejor regalo de aquellas Navidades hubiera consistido tal vez, de no mediar un terrible escenario económico, en obsequiar a algún allegado con el utilitario que ilustra estas líneas: el entonces muy célebre automóvil GS, de la marca Citroën. Fue el coche del año hace medio siglo, según la crítica especializada. El epítome del lujo de la época, que despedía a otros haigas también rutilantes (el viejo R12, de la firma Renault) pero que aún no conocía las ofertas del mercado alemán: en materia automovilística, España era francófila.

El Niño que nos bendijo

La noticia de aquella víspera de Reyes con más impacto popular alborotó el municipio de Masamagrell, afortunado receptor del Gordo de la Lotería del Niño, que entonces se sorteaba el 5 de enero. El número 37.251 derramó sus dones sobre la localidad, como se percibe en las sonrisas dominantes en esta página: es el caso de la mujer llamada Rosa Piquer, que se llevó 800.000 pesetas con las que pudo comprarse unas cuantas muñecas, un par de Pinochos y unas cuantas calculadoras. Electrónicas.

Carbón para el Valencia y el Levante

Aquella noche de Reyes de 1974 coincidió con una jornada futbolística que permitió grandes alegrías a nuestros predecesores en esto del periodismo: pudieron contrastar el jolgorio que emanaba de la Cabalgata con las penas que sufrieron los fans del Valencia, que se vieron derrotados en la jornada de Liga según un guión que también mortificó a los seguidores del Levante, superados por el Osasuna igual que el Málaga se impuso en La Rosaleda a los titulares de Mestalla.

En fin, que la noche de Reyes, como se ve, garantiza una cierta continuidad en nuestra historia. Desde entonces ha llovido con generosidad sobre Valencia pero los biorritmos de una fecha tan especial no parecen alterarse demasiado. Lo prueba que también por entonces nos visitaban Els Joglars y que estas páginas acogían los pormenores del festival de Eurovisión, en pleno proceso de selección de candidaturas: un tal Julio Iglesias se postulaba como aspirante (luego nos representaría Peret). Ni siquiera parece extravagante navegar por la hemeroteca de aquel día y tropezar con una encendida defensa del genio de Jorge Luis Borges, porque el titular resultaría profético: hablaba de «esa serie de perplejidades que llamamos filosofía». En esas andamos todavía: saludando a los Reyes Magos entre la perplejidad y la filosofía.

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