Escaparate e interior de la que fue perfumería y droguería Cordellat en una imagen de 2008. DAMiÁN TORRES
Cordellat, el vendedor de colores para los artistas valencianos
TIENDAS HISTÓRICAS DE VALENCIA ·
La entrañable droguería de la calle Corretgeria, que abrió en los años cuarenta del pasado siglo y pervivió hasta la primera década del XXI, aún conserva en su fachada el rótulo que la dio a conocer
También puedes escuchar este artículo locutado por su autora, Laura Garcés:
Caminar por el entramado urbano del centro histórico de Valencia lleva de manera irremediable a la calle Corretgeria. Y allí, la curiosidad de la viandante que acostumbra a contemplar -a izquierda y a derecha, ... arriba y abajo-, los detalles que el espacio público -el más público- regala, descubre que en el número 23 de tan entrañable rincón de la capital un rótulo, por fortuna conservado, da cuenta de que allí estuvo la Perfumería y Droguería Cordellat. Humilde letrero en relieve que se diría extraído de una masa de escayola se presenta como fiel testigo de la historia, como extracto del abecedario con el que se puede escribir un capítulo del relato de la ciudad. Carece de color, es blanco. Característica que sorprende a quien mira porque le han contado que era allí donde acudían los alumnos de Bellas Artes y de la Escuela de Artesanos en busca de los pigmentos con los que preparaban los colores de su paleta en los tiempos en los que el espíritu creativo valenciano recibía lecciones en el antiguo Convento del Carmen. La sorpresa pronto encuentra disolvente al confirmar en una vieja fotografía que en sus últimos tiempos de existencia, Perfumería y Droguería Cordellat se escribía en rojo. Qué poco parecen y cuánto son, esas letras que acompañan los días y de las que hoy echa mano este periódico que de un tiempo a esta parte visita las tiendas que junto al Turia vivieron para ser vividas.
Rótulo del establecimiento que todavía se conserva en la calle Corretgeria.
DAmiÁN TORRES
Envuelto por el calor del etrañable título comercial, un curioso mostrador con base de hierro forjado daba techo a las vitrinas que ofrecían una exposición comercial que seguía en las estanterías de madera pintada de verde levantadas hasta el techo y recorrían un local con el encanto de un espacio temeroso del horror vacui. Los estantes mostraban frascos, pinceles, esmaltes, detergentes, atractivas cajas, cajitas y cajoncillos en los que se guardaba cuanto se podía adquirir en aquella tienda que todavía en sus últimos años recibía con escaparate poblado de atractivos colorantes. Al contemplar las fotografías, cuesta imaginar que aquel establecimiento no despertara los sentidos hasta dibujar la memoria emocional de quienes entre los años cuarenta del pasado siglo y la primera década del XXI dirigeron sus pasos hasta tan evocador establecimiento.
«Una casa magníficamente surtida»
La casa quedó, como entrañable rincón, grabada en el recuerdo de muchos valencianos que pasaron por allí en busca de «papel de lija, aceite de linaza, lejía, cola de conejo para encolar, sosa caústica o cola de carpintero...», relata Rafael Solaz, profundo conocedor de la historia de Valencia que con sus palabras testimonia el color del mobiliario de la tienda y la encantadora distribución de cuanto allí se vendía. Y recuerda que en sus tiempos de estudiante en la antigua Escuela de Artesanos, los alumnos de ese centro, como los de la Facultad de Bellas Artes, acudían a Cordellat para proveerse de «los pigmentos en polvo necesarios para hacer las mezclas con las que obtener las pinturas de los trabajos». Era, continúa, «una casa magníficamente surtida» que contribuyó a colorear la existencia a medida que quienes aprendían a ser artistas se esforzaban por extraer lo mejor de los colorantes «amarillo cadmio -que luego estuvo prohibido-, azul cobalto o azul ultramar», advierte el cicerone, al tiempo que rememora que también tenían láminas de oro, lo que se llama pan de oro, producto que acercaba al establecimiento a mueblistas y restauradores.
Imagen de 2008 en la que se observa el mostrador y las vitrinas donde se exponían productos.
DAMIÁN torres
De droguería Cordellat no sólo se habla. La vida y la personalidad de tan evocador establecimiento se han inmortalizado negro sobre blanco. Desde el papel de estas páginas lo hizo la periodista María Ángeles Arazo permitiendo guardar para siempre la memoria de la tienda que dijo que servñia para conocer la evolución del negocio de los drogueros. «Las estanterías de madera pintadas de verde, la caja de cobrar y un escaparate atiborrado de frascos con todos los pigmentos, minerales y escarchas». Es parte de la descripción que en 2019 regalaba María Ángeles Arazo para glosar la trayectoria de una casa que, como ella recordaba, en los tiempos de la dura posguerra vendía los tintes que servían para cambiar el color de la ropa en aquella suerte de obligado reciclaje. Dijo también la periodista que por aquellos tiempos «Paco Cordellat fabricaba jabón -oh milagro de los milagros- en un corral porque aún no se conocían las virtudes de los que llevarían realazado un Sol o un Lagarto, marcas que después serían barridas por los detergentes».
Esencia de la higiene doméstica
Y ante todo cuanto se dice y se ha escrito sobre el seductor establecimiento llega hasta estas líneas el personal aroma que desprendían esas droguerías de siempre y que en este caso encerraban la esencia de la higiene doméstica con la que desprenden las pinturas que quedaron plasmadas en lienzos.
Un universo de emociones que se estrenó en Valencia en los años cuarenta del pasado siglo, como relatan Gumersindo Fernández y Enrique Ibáñez en su libro 'Comercios históricos de Valencia'. «Francisco Cordellat abrió una droguería en el número 25 de la cale Corretgeria, y en el año 1947 se traslada al número 23», apuntan Fernádez e Ibáñez. Aquelos pasos no fueron más que el principio de un negocio que se iba a extender hasta 2009, tras varias generaciones de la misma familia al frente.
Detalle del aspecto que en la actualidad ofrece el local, donde se ha instalado una tienda de antigüedades.
DAMIÁN TORRES
En medio de una Valencia muy distinta a la que alumbró Droguería Cordellat, la tienda que cuenta 'Comercios históricos de Valencia' que lució en la fachada «un gran termómetro publicitario de Netol», cerró sus puertas. El local quedó sin vida hasta que años más tarde Carlos Cervera Pérez lo adquiriera para abrir una galería de arte. Cordellat volvía a unirse al mundo de la creatividad artística en un espacio del que Cervera quiso salvar los muebles, pero no pudo. «Le ofrecí las estanterías a la Diputación». No obtuvo la respuesta deseada, relata a LAS PROVINCIAS. Otra suerte corrió el rótulo que «está protegido y hay que mantener», apunta Cervera, quien da pistas de la trascendencia de aquella droguería cuando advierte: «Ten en cuenta que tuvieron de vecino a Viguer, que fue el proveedor de Sorolla». Ni más ni menos. Aún pasaron por la galería seguidores de Cordellat. Relata el galerista que «venían muchos antiguos clientes de la droguería y me contaban que iban allí a comprar jabón. Un día me pidieron un kilo de lacre. No sé si cuando cerró tendría sustitución. Era un comercio muy específico». Y sentencia: «Forma parte de la historia de Valencia».
Ahora bajo esas mismas letras vuelve a latir la vida. La galería de arte dio paso a una tienda de antigüedades que abrió sus puertas hace sólo unas semanas. El británico Pablo Pateman regenta el negocio que ha vuelto a llenar de contenido un local con una actividad que obliga a pensar en las vueltas que da la vida. Quién sabe si algún día a manos del anticuario puede llegar un cuadro pintado con pigmentos adquiridos en la Droguería Cordellat. Un mundo entre cuatro históricas paredes.
Límite de sesiones alcanzadas
El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a las vez.
Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Sesión cerrada
Al iniciar sesión desde un dispositivo distinto, por seguridad, se cerró la última sesión en este.
Para continuar disfrutando de su suscripción digital, inicie sesión en este dispositivo.
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.