De repente, el horror: así contó LAS PROVINCIAS el 11-M
TAL COMO ÉRAMOS ·
El periódico lanzó una edición especial el mismo día de la tragedia y prolongó su amplísima cobertura de la masacre terrorista el 12 de marzo, con un titular en portada que apuntaba ya de manera inequívoca a la autoría yihadista
De repente, el horror. La nada, el vacío. De repente, un espanto recorrió España en forma de indignado escalofrío: era la mañana del 11 de marzo de 2004. Unas horas después, LAS PROVINCIAS retrataba ese terrorífico día con el lanzamiento de una edición especial que recogía el espíritu de estupefacción y dolor que provocaron los atentados en Madrid. Era también un periódico elaborado con la urgencia propia de esos momentos críticos, cuando la autoría de la masacre estaba pendiente de atribuirse con seguridad: cuando se apuntaba hacia la mano criminal de ETA como responsable de semejante acción de terror. Al día siguiente, este periódico fue uno de los pocos que ya señaló de manera inequívoca hacia el terrorismo yihadista con una portada para el (triste) recuerdo: 'Al Qaida se atribuye la masacre de Madrid'. Y alrededor de la cobertura de aquella infausta jornada, la nada, el vacío. Todo el resto de noticias palidecieron por comparación con un drama tan brutal.
El atentado ocurrió en medio por cierto de una densa actividad informativa, una circunstancia que acrecentó esa anomalía: de repente, como es natural, el 11-M lo eclipsó todo. Aquella Valencia que se preparaba para las Fallas y para votar en las elecciones generales que entronizarían al PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero pasaron a la fila de atrás de la actualidad. El relato de aquel desgraciado día, como la narración de cómo fuimos interiorizando los días siguientes, ocupó un amplísimo espacio en LAS PROVINCIAS. La investigación policial («Un ajuste de cuentas con España» como reivindicación del terrorismo islamista), las declaraciones de los supervivientes («Se me ha muerto en los brazos» lloraba un pasajero de aquellos malditos trenes) y la reacción popular: esa ira contenida que llenó de manifestantes Madrid y el resto de ciudades de España.
También, por supuesto, los valencianos salieron a la calle. LAS PROVINCIAS resumía la tristeza colectiva en un titular con tres palabras: 'Rabia e impotencia'. Y añadía además una vertiente desde la óptica de la Comunitat para condensar su reacción ante el suceso. No sólo porque con los medios de hace veinte años (analógicos más bien) logró recabar testimonios de valencianos que esquivaron la tragedia y salvaron la vida (como el caso de Antonio, un estudiante de Ingenería natural de Jávea que residía en Madrid y se libró de viajar en uno de los trenes porque ese día no tenía clase) y aportó además otras vetas informativas en clave local que añadían valor a nuestra cobertura. El impacto sobre el mundo fallero, que suspendió sus actividades como se suspendió también la campaña electoral, el llamamiento desde las instituciones (Consell, Ayuntamiento) y desde la sociedad civil a condenar la terrible matanza y manifestarse en defensa de nuestro modelo democrático de vida en paz... El espanto recorrió incluso la concentración del Valencia, que se preparaba para visitar en Ankara el Gençlerbirligi turco en el partido de Copa de la Uefa, que sin embargo no se canceló entre el escándalo generalizado.
La cobertura de LAS PROVINCIAS incluyó desde luego un generoso apartado gráfico, con imágenes de impacto cuya crudeza tal vez hoy aconsejaría evitar su publicación. Y fue avanzando a medida que pasaban los días, en dirección a esa otra fecha clave de aquel mes de marzo: el domingo, 14 de marzo. Las elecciones generales desalojaron del poder al PP y en medio del dolor, con una participación superior al 77%, los votantes enviaron un mensaje en favor de la concordia y la convivencia pacífica. Ese mismo domingo, por cierto, hubo comicios en Rusia, que ganó un tal Putin... Y hubo información fallera (con detalle del coste: Convento gastó 224.700 euros en su falla de 2004) y también taurina, con la presencia de Juan Diego y Sebastián Castella en el histórico coso de la calle Játiva...
Hubo hasta fiesta Remember, otro clásico que no desaparece, pero releer las páginas de entonces invita a olvidar todo cuando no fuera el 11-M. Es posible que esa fuera también la reacción de nuestros lectores, porque el criminal atentado arrasó con todas la rutinas y congeló el cuerpo y el alma de un país. Una cicatriz que tardó en cerrarse y todavía duele pero que admite una lectura menos sombría que la propia de las horas inmediatamente anteriores: la reacción ciudadana, de enorme dignidad, merece también pasar a la historia. Como lo merece la cobertura de LAS PROVINCIAS y perdón por el autobombo: su generoso despliegue informativo y su concluyente posición editorial, expresada en su mensaje de repulsa. Página 49 del periódico del 12 de marzo, número 50.286: «LAS PROVINCIAS hace un llamamiento a todos los valencianos para que el duelo se transforme en repulsa democrática». Un mensaje que hoy mantiene toda su vigencia.
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